Comprendo perfectamente de lo que se trata pues por muchos años fui compradora compulsiva. y claro que se puede vivir con sencillez y eso se logrado definiendo claramente qué es lo que necesito realmente para ser feliz. Las posesiones pocas o muchas tienen su valor exacto en nuestras vidas, cuando son parte de ese mundo pequeño pero intenso que está en nuestra intimidad; que forman parte de nuestra razón de ser y descontaminada de todo lo superfluo que pueda empañar nuestro bienestar. Un beso amigo.