SIEMPRE HAY SALIDAS
No importa en qué situación te halles, por más desesperada que sea, siempre hay alguna salida.
Tú por ahora no la ves, y el desespero te grita: "Ya no hay nada que hacer", con voces de pesadilla.
Sin embargo, hay alguna salida si logras serenarte, buscas ayuda y no dejas apagar la llama de la fe.
Como lo hizo Beethoven, quien desechó la idea de suicidarse ante la sordera y siguió componiendo.
La Novena Sinfonía, conciertos, sextetos y otras obras inmortales brotaron de un compositor sordo.
Repite, pues, una y otra vez: "hay una salida y poco a poco la voy a encontrar".
Y para encontrarla aférrate a Dios, no te aísles de quienes te aman y alimenta tu alma a diario.
Medita este pensamiento: "Así como la luz brilla en las tinieblas,
la esperanza ha de estar más firme en las dificultades"
(Cervantes).
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