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De: cele19331 (Mensaje original) |
Enviado: 06/02/2015 19:47 |
Opinión / Ángel Gabilondo
No sé que me pasa
Una sensación tan habitual como difícil de describir. Saber que algo nos invade, pero desconocer el qué y el cómo vivirlo.
No es un desconcierto, aunque podría serlo. Ni siquiera se trata de la frecuente desorientación de la pérdida de referencias o de pautas. No hablamos de una mala época o de lo que suele denominarse una crisis. Simplemente, no sé qué me pasa. No saber y estar convencido de que te ocurre es curioso. Es saber “un no sé qué”. Resulta difícil señalar a qué obedece o describir los síntomas. Y no es que sea un suceso o una mala noticia. De ser así, sabríamos lo que nos asalta e incluso por qué. Lo que está claro es que nos llega y nos atraviesa. Nos pasa como pasan los días y las horas. Nos pasa como el hecho de soñar o crecer. Nos pasa como cuando nos quieren o nos muestran indiferencia. Es un pasar que sería menos enigmático si se pudiera explicar o comprender del todo. Aunque menos interesante. Hay momentos en los que uno ni entiende, ni posee, ni controla lo que le ocurre. Esto sucede con tanta frecuencia que ni siquiera es lo más desconcertante. Lo sorprendente no es la tan habitual falta de dominio. Lo llamativo es que parecemos no tenernos ni a nosotros mismos. Nos sentimos despojados, despoblados, desposeídos, y no sólo perdidos. En realidad, estamos donde debemos o, al manos, donde solemos. Pero es como si no estuviéramos. O quizá, como si resultáramos demasiado presentes. Los demás se interrogan por esta cierta ausencia, aunque ocupemos nuestro lugar. Notan algo extraño, un aire de extranjeros en nuestra propia casa, de errantes en nuestro propio país. Y ninguna extravagancia, ni rareza. Ni siquiera un gesto llamativo. Tal vez, entonces, una voz cálida se interese por nuestra mirada perdida, se fije en los detalles y advierta algo inusual, sin que se salga de lo corriente. Y, así, con un afecto que hemos de agradecer, se desvele por lo que nos ocurre, como quizá sólo una madre o un padre, o una buena amistad, o un buen amor podrían hacerlo. En ese caso, aún diciéndolo todo, sin ocultar nada y sin tener mucho que añadir, cabría responder: “No sé qué me pasa”.
Esta incertidumbre no siempre necesita aclararse. Pero sí reclama alguna compañía. Ojalá alguien soporte silencio, que tantas veces nada esconde, y nosotros habitemos con sencillez el misterio que nos constituye. Incluso cabría sobrellevarlo dignamente y convivir con lo que nos pasa y no acaba ni de asentarse, ni depositarse en nosotros. Vivir es saber no entender ni entendernos del todo.
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HAY VECES QUE ME CUESTIONO LO MISMO CELE, GRACIAS POR EL INTERESANTE MENSAJE, FELIZ DIA
VALERIA |
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