Madrigal - José Hierro
Lo más hermoso, aquello que no puede comprarse, que vale, frente a un copo de tu espuma, si se sabe mirar, frente a una pluma de tormenta, rota sobre tu orilla, frente a tus platas y azules, metales y cristales, si se los sabe oler, gustar, tocar, oír...
Qué vale nada lo que tú. Rebosa la eternidad tu vaso, llueve su vino sobre nuestra carne. Una concha roída por los gusanos de tu mar, un poco, de cal, y bruma, y nácar, pude hacernos llorar, ensancha las fronteras del alma, desmorona los muros negros de la realidad. Que vale nada, todo, lo que tú, playa mía, lirio de arena, selva de círculos de oro, túnica ardiente, pálida campana, palacio sumergido, inolvidable...
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