Esa
es la principal diferencia entre los que consiguen lo que quieren o al
menos lo intentan, y los que no hacen nada, la distinta formar de ver
las cosas.
Por
supuesto cambiar tu percepción de las situaciones no es tan fácil, pero
por qué no empezar a ver las cosas con otra perspectiva. Por ejemplo:
1. Toma de decisiones
En
lugar de estresarte y obsesionarte con la decisión perfecta, por qué no
te planteas que tomes la decisión que tomes, será buena, porque eres
capaz de apañartelas con el resultado final.
Al fin y al cabo todos nos adaptamos a todo, y en muchos casos, puedes cambiar de opinión.
¿No es más tranquilizador pensar que pase lo que pase podrás sacar algo bueno y por tanto nunca tomarás una decisión errónea?
Lo
que haces es asumir la total responsibilidad de tu vida y aceptar que
tú eres el responsable de que las cosas que están en tu mano salgan bien
y, sobre todo, el responsable de tu actitud.
2. Vivir en el presente
Hace poco leyendo el libro “"El poder del ahora" me llamó mucho la atención una de sus frases: “No dejes que el pasado distorsione tu visión del presente”.
Es
tan cierto que muchas veces vivimos en el pasado, recordando malas
experiencias, traumas o miedos, y que eso hace que veas el presente con
otros ojos, ¡los del pasado!
Así que céntrate en el presente, en la persona que eres ahora no en lo que fuiste o hiciste antes.
De igual manera, no dejes que el futuro te preocupe demasiado, porque no tienes una bola de cristal y no sabes qué va a pasar.
Por
supuesto eso no es nada fácil, ¿verdad? Lo que nos gusta anticipar las
cosas (y con malos resultados, claro) y preocuparnos, para que muchas
veces ni siquiera sucedan. Céntrate en lo que puedes hacer ahora y
libérate del futuro.
Como
mencioné antes quizá te ayude la idea de que, pase lo que pase, vas a
ser perfectamente capaz de manejar las consecuencias.
Date
cuenta de la importancia de esa frase, si supieras que eres capaz de
desenvolverte, de responder bien ante cualquier circunstancia, ¿por qué
tener miedo?
Y la realidad es que lo eres, o si no no habría tantísimos casos de personas que superan lo que parece insuperable.
Incluso en las épocas más dificiles somos capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos. No pierdas la perspectiva.
Os
dejo una frase que leí en Twitter (de @soloquotes) “Toda historia tiene
un final feliz… Si no eres feliz, entonces no es el final.”
3. Deja de esperar que algo o alguien te salve
Muchas
personas viven esperando que un día pase algo o alguien que le cambiará
la vida para mejor, y mientras esperan ese día, desperdician el
presente. ¿Quieres estar satisfecha con tu vida, conseguir tus
objetivos, disfrutar de lo que tienes?
Pues deja de pensar que van a venir a sacarte las castañas del fuego y empieza a encargarte tú de tu vida.
Poner tu vida en manos de un algo o alguien no es una buena idea y mucho menos si ni siquiera sabes si algún día va a llegar.
Y
si llegara, es mucho más satisfactorio hacerlo tú por tu cuenta, ¿o no?
Si quieres ver cambios es hora de ponerse manos a la obra.
4. Acepta el fracaso y los errores como parte de la vida
Considéralos
un paso más hacia la consecución de tus objetivos. No es tan difícil
como parece, de todo se aprende, y aunque es algo muy dicho, ¡es la
verdad!
¿Qué harías diferente si pensaras de esta manera?
Por Aida Baida Gil
No esperes que la suerte golpee a tu puerta y diga: “Tengo un trabajo para ofrecerte; uno que te hará sentir feliz y completo”.
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