Tan tuyo como mío
EL aire vegetal de tus pupilas.
La rama del almendro de tu frente.
El párpado alertado, la simiente
que allá en la rueca de tus ojos hilas.
Yo estoy contigo, pero tú vigilas
mi pensamiento: la mirada ausente
que a veces llega a hundirse en la corriente
de un río con aguas -¡de verdad!- tranquilas.
Y aunque contigo estoy y te lo advierto,
pese a que el pensamiento, la mirada,
se alejen hacia el mar por ese río,
tú me reprochas que este amor tan cierto
no es tuyo ya, que ya no tienes nada.
¡Y es un amor tan tuyo como mío!
JACINTO LÓPEZ GORGE
Novato