Soy consciente…
Soy consciente de que mis pasos tienen que seguir, pero me encuentro con los caminos cortados. Me rodea un alto muro en el que al intentar trepar me destrocé las manos del alma. Apoyando mi espalda contra el, me siento con la mente en blanco, quizá acuda a mi una luz para encontrar la salida.
Siempre el tiempo será mi enemigo: si pasa, lo pierdo; y si no se acaba para mí, me convertiré en planta que crece en un suelo resquebrajado por los años. No sería problema si alguien se ocupara de arreglarlo, de quitar las hierbas que sobran; pero este mundo mío está deshabitado hasta para eso. Sé que se me dejará crecer hasta alcanzar altura; crecer en el lugar donde no quiero vivir.
Aún me queda escuchar el canto de las aves, sus discusiones; porque es divertido observar que también discuten. Entre la algarabía que forman, se escuchaba un canto muy bello, diferente al de todas. Al oírlo parecía que el corazón me volvía a latir, por eso preferí darme media vuelta y volver a dormirme.
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