Sémele
Hija de Cadmo, rey de Tebas y Harmonía, se la conoce por ser la madre de Baco o Dioniso. La mitología griega dice que era la más bella de las doncellas consagradas a Zeus, y como era rubia se la asocia con el vino blanco.
Sémele recibía a Zeus secretamente en sus habitaciones. Pero Zeus estaba casado con Hera, que no era precisamente una diosa permisiva y estaba harta de las aventuras amorosas de su esposo.
Entonces, Hera tomó la forma de la vieja Béroe, la nodriza de Sémele. ‘Se puso canas en las sienes, surcó de arrugas su piel, arrastró su encorvado cuerpo con tambaleantes pasos, casco su voz, y ya era Béroe en persona, la nodriza epidaura de Sémele’ (así describe esa transformación Ovidio en ‘Metamorfosis’ ). Entonces acudió junto a Semele intentando convencerla de que abandonara la relación con su consorte. Como no lo consiguió, le dijo que su amante no era Zeus, sino un hombre corriente que se aprovechaba de su ingenuidad, que le pidiera alguna prueba de su divinidad para ponerlo a prueba.
Convencida, Sémele pidió a Zeus que le demostrara su poder, y éste, encantado porque Sémele iba a darle un hijo, le prometió concederle cuanto le pidiera; ella, aleccionada por Hera, le pidió que se le apareciera con todo su poder. Aunque Zeus intentó convencerla de que pidiera otra cosa, ella no quiso y Zeus tuvo que cumplir. Al aparecer en todo su esplendor, por ser el dios del rayo, los rayos que despedía abrasaron a Sémele.
Apareció entonces Hermes y arrancó del vientre de Sémele al hijo nonato y lo cosió al muslo de Zeus. Varios meses después nació el niño, llamado Dioniso (‘dos veces nacido’) y también Demeter (‘el de dos madres’). Se dice que más tarde, Dioniso logró rescatar a Semele del Hades, y la hizo inmortal dándole el nombre de Tione, en griego ‘la ardiente’, adorada como diosa del matrimonio.
Para ello descendió al Tártaro, donde sobornó a Perséfone con el regalo de un mirto para que dejase en libertad a su madre difunta, quien ascendió con él al templo de Artemisa, donde Semele se ocultó definitivamente. Este lo acordaron Dioniso y Zeus para evitar el enojo de Hera si se enteraba de la resurrección de Semele.
Sémele, es la diosa fundadora de la raza negra, pues subió al cielo ennegrecida por el fuego de Zeus que le causó la muerte.
|
|