De acuerdo con el estudio presentado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en sus siglas en inglés)
y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estos conflictos involucran fenómenos como
la cacería de diversas especies, la expansión de prácticas agropecuarias, el cambio climático,
la extracción no sostenible de recursos, el desarrollo de la infraestructura y la urbanización.
El documento, titulado “Un futuro para todos: la necesidad de coexistir con la vida silvestre”,
revela que “de las más de 260 especies de vertebrados terrestres que han tenido interacciones negativas
con las personas, 53 se encuentran amenazadas”.
La investigación, en la que participaron 155 expertos de cuarenta organizaciones con sede en 27 países,
concluye que los conflictos que ejercen presión sobre los paisajes en donde las personas y
la vida silvestre compiten por el espacio han ocasionado la muerte de muchas otras especies
de carnívoros terrestres y marinos, como osos polares y focas monje del Mediterráneo, y la de
grandes herbívoros, como los elefantes.
“Los conflictos entre seres humanos y la vida silvestre, en combinación con otras amenazas, han
provocado una disminución considerable de especies que antes eran abundantes, y las que naturalmente
son menos abundantes se encuentran al borde de la extinción”, advirtió la líder de la Práctica
de Vida Silvestre de WWF Internacional, Margaret Kinnaird, en un comunicado.