La esperanza
es la virtud por la cual el hombre pasa de suceder
o acontecer a ser o existir.
Siguiendo a Santo Tomás de Aquino, ha estado definida como
«virtud infusa que capacita al hombre para tener confianza y
plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios,
tanto sobrenaturales como naturales, necesarios para llegar
a ella con ayuda de Dios».
A la esperanza se oponen, por defecto,
la desesperación que es «pérdida total de la esperanza»,
por exceso, la presunción y por otro lado, el temor.
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