Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

EL RINCON DE LA VERDADERA AMISTAD
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
  
  
  
 ◙ cσmunídαdєs αmígαs 
  
  
  
 ◙◙ ríncσn pσєtícσ 
 ◙◙ nuestros pps 
 ◙◙ ríncσn musícαl  
 ◙◙ ríncσn mujєr 
 ◙◙ ríncσn salud 
 ◙◙ ríncσn dє cσcínα 
 ◙◙ ríncσn dє nαvídαd 
 ◙◙ ríncσn dє dє juєgσs 
 ◙◙ rєflєхíσnєs 
 ◙◙ kαввαlαh 
 ◙◙ вíσgrαfíαs 
 ◙◙ tu cumplєαñσs 
 
 
  
 ◙◙ σfrєcє fírmítαs 
 ◙◙ rєcσgє fírmítαs 
 ◙◙ tutσríαlєs 
 
 
  
  
  
  
  
 ◙◙ Nuestro Rincon de Oraciones 
  
 ToDo PaRa MiS DeSaYuNoS 
 El RiNcOn De MaNuAlIDaDes 
 
 
  Herramientas
 
EL RINCON DE CELE: LA MEMORIA: dónde guardamos las emociones
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cele19331  (Mensaje original) Enviado: 21/07/2013 01:20

conocerse

LAMEMORIAdndeguardamoslasemociones_1.jpg

La memoria:

dónde guardamos

las emociones

 

La memoria, esa habilidad para recordar y para almacenar los recuerdos, es, sin duda, una pieza clave en nuestra vida. Pero, ¿qué se esconde detrás de este complejo engranaje? Y lo más importante, ¿cómo podemos potenciarla?

 

Elena no sabe si la causa de su excelente capacidad de retentiva es la genética, su trabajo de asesora financiera, en el que pasa horas analizando datos, o que es una lectora empedernida, pero lo cierto es que, al menos de momento, no conoce lo que es un olvido.  “Me siento afortunada porque tener una memoria de elefante es una gran ayuda. De hecho no puedo no puedo negar que me ha abierto puertas profesionales. Desde pequeña me considero una especie de ordenador andante y, con los años, mi capacidad es mayor, quizás porque hago actividades que me  ayudan a entrenarme”, explica.

 

Genética y motivación

Si hay algo en lo que coinciden los expertos en esta materia es en que la memoria, esa capacidad para recordar y memorizar datos y hechos, viene determinada por varios factores, entre ellos la genética.  Pero independientemente de si nacemos con memoria de pez o de lince, y dando por sentado que nuestro cerebro y nuestro cuerpo están abocados al envejecimiento, lo cierto es que podemos mantenerla y potenciarla. En este sentido, Miguel Ángel García, especialista en neurología, explica que “la memoria depende en parte de un componente genético, y en mayor medida de un componente ambiental. La memoria se puede entrenar y desarrollar hasta extremos que rozan la prestidigitación mental. Todos hemos oído hablar de personas capaces de memorizar texto de un vistazo, o un libro en horas o pocos días. En realidad, la cuestión es más compleja, ya que para entrenar la memoria son necesarias condiciones previas, como la motivación, disciplina y capacidad de trabajo, que influyen necesariamente en los resultados finales”.

 

Más de mil palabras

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el recuerdo como “memoria que se hace o aviso que se da de algo pasado o de que ya se habló” y también como “objeto que se guarda para recordar a una persona, una circunstancia, un suceso”, Y es que, aunque la memoria es la habilidad para retener y almacenar recuerdos, también denominamos memoria a nuestra historia como personas y, por supuesto, a nuestro pasado. Según el Dr. García el recuerdo es “un trazo o huella que las operaciones realizadas cuando codificamos la información dejan en el cerebro”. Independientemente de cómo se crea, un proceso muy complejo, lo cierto es que hay cosas que recordamos mejor y otras parecen desaparecer de nuestra vida casi de forma instantánea. Uno de los factores que influyen en esa permanencia o en la desaparición es el factor intensidad, ya que, aunque en un primer momento cualquier información pasa como recuerdo en la memoria a corto plazo, sólo si después el estímulo se considera importante, se consolida y pasa a la memoria a largo plazo a través del proceso de codificación. Quizá esto explica por qué hay recuerdos que nos acompañan para siempre y otros que nacen y, casi de forma inmediata, mueren. “Hay un almacenamiento inicial débil y un almacenamiento posterior más duradero, la consolidación. De esta manera, los recuerdos de situaciones muy relevantes, vividas muy intensamente por el sujeto, pasan fácilmente a la consolidación, mientras que la información menos relevante necesita la reiteración de los procesos de codificación y registro para dejar una huella permanente.”

 

Emociones que perduran

De la misma manera, si reflexionamos unos instantes y hacemos una prueba es fácil comprobar cómo recordamos mejor aquello que va unido a situaciones emocionales intensas. “Seguro que recuerdas perfectamente las ciudades que has visitado en tus viajes y no recuerdas, o te resulta más difícil, las lecciones de geografía que aprendiste en el colegio”, apunta García. “Todo lo vivido, lo sentido, lo extravagante, lo que nos sorprende, lo que nos emociona… lo recordamos mejor. El por qué es muy simple, nuestra memoria aprende así. Justamente en eso se basan las técnicas de memorización”, explica Angels Navarro, psicóloga. Y añade: “Hay muchos tipos de memoria que se clasifican según el contenido o tipo de información y el tiempo que se guarda el recuerdo en nuestro cerebro. Una de ellas es la que nos permite retener gestos reflejos, habilidades y destrezas motoras, como, por ejemplo, correr, abrocharse un botón, montar en bicicleta, etc.,  y que opera en el terreno del aprendizaje automático. Sin embargo, hay otro tipo que tiene que ver con tu historia, con tu biografía, con los hechos, junto con el recuerdo de lo que comimos ayer para desayunar; y otra memoria diferente, la de los conocimientos, de lo que aprendemos, sobre la que si podemos decidir algo. Las dos son muy sensibles a las interferencias, muy modificables y flexibles”.

 

Vivencias inolvidables

Teresa, abogada, 37 años, comenta cómo recuerda con todo detalle el día que supo que iba a ser madre. Desde el momento en el que el test de embarazo dio positivo hasta cada palabra que transmitió a cada uno de sus familiares. Y de la misma manera, la alegría con la que vivió la primera ecografía , la mirada que compartió con Juan, su pareja, y cómo no, el llanto del bebé. “Probablemente éste ha sido el acontecimiento más emotivo de mi vida, algo que deseaba con mucha intensidad desde hacía años. Y aunque suelo quejarme de tener mala memoria, soy capaz de recordar todos los detalles de mi embarazo. Para mí, que soy el tipo de persona que no puede vivir sin dejar mil notas adhesivas que le recuerden todo lo que tiene que hacer, es algo asombroso. Y lo mejor es que esa vivencia y todos los detalles me acompañan en todo momento. Espero que siga siendo así, incluso cuando sea abuela.”

 

Olvidos útiles

Aunque, en ocasiones, como comenta Teresa, muchas personas nos calificamos continuamente como despistadas y achacamos ciertos olvidos a nuestra mala memoria, los expertos aseguran que los despistes, siempre dentro de un límite, son algo normal e, incluso, necesario. Y es que, aunque nadie tiene el poder de eliminar de un plumazo aquellos momentos desagradables o poco relevantes parece que nuestra memoria, en ocasiones, nos echa un cable para aparcarlos. “Los despistes son totalmente humanos. El estrés, la tensión y la ansiedad son los culpables de nuestros olvidos. De todas formas, hay olvidos, que no despiste, necesarios, y es tan importante recordar como olvidar. Si tuviéramos que recordar toda la información que recibimos diariamente, localizarla dentro de nuestro cerebro sería extremadamente difícil. Por suerte nuestra memoria es selectiva. También, tendemos a olvidar inconscientemente los recuerdos dolorosos, angustiantes, inquietantes, negativos… Es lo que en psicología llamamos la represión”, comenta Ángels Navarro.

NURIA CORREDOR

LAMEMORIAdndeguardamoslasemociones_2.jpg


© Fondo Y Tag Luz Marina R



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: IMANPRINCESS Enviado: 15/03/2022 05:33


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados