EN OTRO ABRIL
Fue en otro abril,
bajo otra aurora distinta.
Yo era un hilo de claroscuros
que se deslizaba por el tiempo
de puntillas
para no herir sus pies
con la ruda aspereza de los días.
Entonces
cosimos primaveras de fuego
a nuestras manos.
Nos vestimos de flores encendidas
para seducir al enjambre del futuro
que parpadeaba
sueños amarillos en el aire.
La inocencia
quemó sus venas de alcohol
y evaporó los pulmones azules de la sangre.
La carretera del destino
abrió al sur de nuestro ser
un año luz de abismos.
Y ahora
las palabras que narcotizan los silencios
llevan siempre
ese acento de túnel
que precede al viento reseco del olvido.
Rosa Marzal