Si logras estar firme cuando en tu derredor,
todo el mundo se ofusca y tacha tu entereza
si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes excusar su flaqueza;
si puedes esperar y a tu afán poner brida,
o blanco de mentiras esgrimir la verdad,
o siendo odiado al odio no darle cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad.
Si sueñas pero el sueño no se vuelve tu rey;
si el triunfo o la derrota no te imponen su ley
y los tratas lo mismo, como a dos impostores;
si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados,
o mirar hecha trizas tu adorada quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados;
si puedes mantenerte en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlos cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice: “Adelante”.
Si entre la turba das a la virtud abrigo;
si marchando con reyes del orgullo has triunfado;
si no pueden herirte ni amigo ni enemigo;
si eres bueno con todos, pero no demasiado;
si puedes llenar los preciosos minutos
con sesenta segundos de combate bravío,
tuya es la Tierra y todos sus codiciados frutos,
y lo que más importa: ¡serás hombre, hijo mío!
Rudyard Kipling
Rewards and Fairies
1909