Fue tan grande mi dicha al conocerte
que mis sueños se hicieron poesía;
y en tu voz encontraron la armonía
cuya nota pasión sublime vierte.
Es mi afán adorarte y complacerte,
y ofrecerte mi todo,vida mía;
porque tu eres del alma su alegría,
pues tan solo palpita por quererte.
No pretenden mis versos conquistarte,
ni siquiera pretenden que los creas;
y tan solo pretenden demostrarte
que en mis noches tus ojos son sus teas;
¡y es mi anhelo tan solo venerarte
aunque nunca mis letras tu las leas!
Aníbal Rodríguez.