La luz iluminaba el arrebol de su cara de amapola Adoraba su figura galante con esa prestancia que la enamoraba
Gratitud al edén por esa suerte de cruzarse en el camino Entre ramas de romero, mirto y retamas se miraron Nada ya los pudo separar en el tiempo que duró el paseo Todo giraba alrededor de agradar a la princesa de sus quimeras Imaginaba que los cielos se abrieron para encontrarse
La luna, las estrellas y el viento eran su universo entero Entre las nubes algodonosas se abrazaban con ternura desmedida Zafiros azules le regalaba cada vez que sellaba su boca Amor, distinción y reverencia le brindaba en cada suspiro
Cuando despertaba, un mar de lágrimas anegaba sus mejillas Una luz pálida se colaba por la rendija de la ventana Rosas de esperanza se abrían en el jardín de sus sueños Amaba con pasión a su príncipe galante, soñador y bello
Por Isa Hdez.
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(Acróstico)
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