Nada tengo que borrar ni palabras ni huellas ni recuerdos.
No tengo que negar las escondidas entregas que grabaron nombres en mi cuerpo.
(Espejismos frágiles donde refugié angustias, no tengo que borrarlos)
Clara y fresca presencia del amor que busqué afanosa fue limpio tránsito,
y, como la primera vez, al encontrarte, nítida broté: agua de manantial jamás tocada.
Luz Mendez de la Vega
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