Aprende a escuchar el valor de las pequeñas cosas,
de los acontecimientos. Con cada falta de delicadeza,
hiero un poco a aquellos que me aman.
Con cada desatención,
no soy ni educado ni cristiano. Con cada mirada de desprecio,
alguien resulta golpeado. Con cada gesto de impaciencia,
doy una bofetada invisible
a los que viven a mi lado.
Con cada perdón que niego,
va un pedazo de mi egoísmo. Con cada resentimiento que esbozo,
revelo algo de mi amor propio herido. Con cada palabra áspera que digo,
derramo lágrimas en el cielo. Con cada omisión que practico,
rasgo una hoja del evangelio.
Con cada juicio malicioso,
aflora mi lado mezquino. Con cada oración que no hago,
pierdo un mundo de gracia. Con cada burla que hago,
peco contra el silencio. Con cada llanto que enjugo,
hago más feliz a mi hermano.
Con cada sonrisa que desparramo,
planto una esperanza. Con cada espina que clavo,
lastimo el corazón de un semejante. Con cada espina que arranco,
se alegra el corazón de alguien.
( Desconozco su autor)
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