Según estudios, el abrazo y el contacto físico en general puede:
Hacernos sentir mejor con nosotros mismos y nuestro entorno.
Reducir nuestra presión arterial y por tanto tensiones.
Aliviar los sentimientos de soledad, de dolor, de depresión y ansiedad.
Hacernos surgir sentimientos y pensamientos positivos.
Ayudar a superar miedos.
Nuestro estado anímico se nivela en su punto más satisfactorio.
Mejorar nuestra autoestima.
Mejorar algunos casos de insomnio.
Fomentar el altruismo. Reducir/retrasar el envejecimiento
(las personas que abrazan se mantienen jóvenes por mas tiempo)
Mejorar nuestra memoria. Ratificar nuestra concepción de pertenencia.
Es una fuente de energía:
transmitimos y recibimos energía.
Abracemos más!!