Atenderlo para lucirlo
El "mens sana in corpore sano" que se defendió hace veinte siglos ha estado desaparecido en la sociedad occidental durante tiempo, donde el cuerpo ha primado por su aspecto atlético y estético. Hoy ha calado de nuevo la importancia del equilibrio cuerpo-mente, del bienestar físico y emocional, pero aún nos queda camino por andar. De hecho, el momento en el que estamos más pendiente de nuestro cuerpo es, erróneamente, en verano. Como alerta la psicóloga Laura García Agustín, lo hacemos "pensando en lucirlo, no en atenderlo. Es necesario que aprendamos a cuidar nuestro cuerpo no como mero escaparate, sino como el recipiente que nos permite hacer cosas. Sólo tenemos uno y lo que perdamos, lo haremos para siempre. Está demostrado que aquellas personas que tratan a su cuerpo con sumo respeto y le aportan los cuidados oportunos disfrutan más de un envoltorio que les posibilitará vivir mejor durante años, consiguiendo así no solo alargar su vida, sino disfrutarla sin problemas". Cuidar nuestro cuerpo y atenderlo nos llevará a lucirlo con mejor aspecto. "Frente a la hegemonía de la inteligencia intelectual se destacó hace años la inteligencia emocional, no estaría de más confiar también en la inteligencia corporal", invita el psicólogo Axier Ariznabarreta.
Como restablecer el equilibrio
Los psicólogos antes mencionados, recuerdan los pasos básicos a seguir en el día a día:
* Saber relajarse. Es fundamental, hay que saber respirar de forma profunda y pausada todos los días.
*Detectar las señales de peligro que nos manda nuestro cuerpo cuando nos enojamos, como taquicardias, sudoración, acaloramiento..., para poder parar antes de la explosión de ira. Hay personas que sufren un auténtico impacto físico cuando se enfadan, se ponen tristes o sufren una contrariedad quedando completamente bloqueadas. Cuando nos encontremos mal sin saber por qué, repasemos lo que nos ha ocurrido en las últimas horas para, así, reflexionar y conocernos mejor.
*Aprender a identificar pensamientos tóxicos o catastrofistas. Es fundamental para no sobrecargarnos emocionalmente y saber dar una respuesta eficaz a lo que nos sucede, centrándonos en la búsqueda de soluciones y no en el problema. Es importante habituarse a hacer una lectura positiva de la vida, sin criticar a los demás ni a nosotros mismos. Este hábito ayuda a sentirnos bien con nosotros y con los demás. Numerosas investigaciones resaltan la importancia de cultivar emociones como la empatía, la alegría o el perdón, como salvoconducto para una vida más longeva y mejor.
*Atender las necesidades corporales, cuidando el cuerpo antes de que dé problemas, reforzando nuestros puntos fuertes y vigilando los débiles.
* Invitar a los sentidos a abrirse, "resensibilizarse", estar presente en lo que sucede, detenerse a observarse para descubrir las necesidades, limitaciones y potencialidades.
* En la menopausia, una de las etapas en las que más se nota la relación cuerpo-mente, Laura García Agustín recomienda tener "información de los cambios que van a producirse para poder anticiparnos a ellos. Potenciar un estilo de vida activo y sano, incluyendo el ejercicio físico, generando expectativas nuevas, reforzando el apoyo social y las actividades lúdicas, de donde sacamos energía para sentirnos bien, y consultando al médico de forma preventiva".