Cómo fortalecer
la autoestima
(1º)
Disposición al cambio, compromiso hacia uno mismo, constancia y práctica son requisitos necesarios para potenciar nuestro autoconcepto. Acostumbrados a ver sólo nuestros defectos, supone un gran esfuerzo, pero cambiar es posible, si queremos. Ellos nos dan las pautas, el trabajo nos queda a nosotros.
Daniel Jiménez
Quien ha aprendido a vivir con una autoestima baja, con todo sus "efectos secundarios", puede aprender a vivir con un buen autoconcepto de sí mismo. "La autoestima se compone de la suma de rasgos positivos y negativos que nos reconocemos y el valor que les otorgamos -recuerda Fátima Parra, psicopedagoga-. Si cambia nuestra manera de vernos y aprendemos a otorgarnos más valor a las cualidades que a los defectos, mejorará nuestra autoestima". Sin duda, no es tarea fácil, requiere disposición al cambio, compromiso con nosotros mismos y constancia pero, como señala Fidel Delgado, psicólogo clínico, "invertir en autoestima es una inversión muy rentable". Tres expertos, Fátima Parra, Fidel Delgado y Sonia Martínez, psicóloga experta en Inteligencia Emocional, nos ayudan a revisar el concepto sobre nosotros mismos.
¿DISPUESTOS AL CAMBIO?
Para Fátima Parra, lo primero que tenemos que hacer es estar dispuestos a cambiar:"Si queremos cambiar, debemos empezar por reconocer que necesitamos hacerlo, buscar ayuda para cambiar, elaborar un plan y realizarlo observando nuestros progresos". En el momento que seamos conscientes de la necesidad de cambiar ya lo estaremos haciendo. "Detectar inquietud respecto a la autoestima, notarte incómodo es el principio de curación -señala Fidel Delgado- porque la incomodidad nos hace movernos".
AUTOELOGIOS
Premiarnos y felicitarnos por nuestros logros no tiene por qué significar egoísmo. Parra invita a "practicar los autoelogios cada vez que conseguimos algún objetivo con frases como "Estoy satisfecho de cómo lo he llevado a cabo" o " Cada vez lo domino más". "Al final del día debemos de ser conscientes de lo que hemos hecho bien y alegrarnos por ello. Si lo hacemos con los seres queridos, ¿por qué no con nosotros mismos?", acompaña Sonia Martínez.
HACER AUTOINFORMES
La mejor forma de ser conscientes de nuestros éxitos y valorarlos es escribirlos, lo que nos obliga a recapacitar. Parra aconseja apuntar en una libreta las cosas buenas que nos pasen cada día, como conseguir que nuestro jefe nos felicite o que nuestro hijo nos dé un beso.
FUERA EMOCIONES NEGATIVAS
Delgado invita también a apuntarse las cosas positivas porque "hay gente que sólo se fija en lo que le falta y no se da cuenta de lo que tiene. Los autoinformes son muy importantes, ver qué tipo de información nos damos. Si sólo pensamos en aquello de lo que carecemos, tendremos una imagen muy carencial. Cuando tenemos conciencia de haberlo pasado muy mal, si nos centramos sólo en eso, nos centramos en lo tóxico". Hay que aprender a mirar los fracasos sin miedo y sacar el aprendizaje que tiene la experiencia, aunque haya sido desagradable. Como recuerda, "la autoexigencia limita una autoestima que debe tener como componente la ternura, la aceptación del sí". Tendemos a aumentar nuestros fracasos y disminuir los éxitos, pero debemos reconocer nuestros méritos y agradecer los elogios de los demás. Por eso, para huir de las emociones negativas, Delgado aconseja "cultivar la gratitud. Dejas de seleccionar la parte negativa en cuanto empiezas a dar gracias a ti y a los demás". Sonia Martínez destaca la importancia de "vivir con gratitud. La mayor parte de nuestros pensamientos lo ocupa un 10 por ciento que no tenemos y no el 90 por ciento que tenemos, como una sonrisa o un recuerdo".
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