En compañía de uno de sus acólitos,
el diablo vino a dar un largo paseo por el planeta Tierra.
Habiendo tenido noticias de que la Tierra era terreno de odio
y perversidades, corrupción y malevolencia,
abandonó durante unos días su reino para disfrutar de su viaje.
Maestro y discípulo iban caminando tranquilamente cuando, de súbito,
este último vio una partícula de verdad.
Alarmado, previno al diablo:
--Señor, allí hay una partícula de verdad, cuidado no vaya a extenderse.
Y el diablo, sin alterarse en lo más mínimo, repuso:
--No te preocupes, ya se encargarán de institucionalizarla.
*El Maestro dice:
Nadie puede monopolizar la verdad, ni la verdad es patrimonio de nadie.
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