Secretos de
Alcoba
No importa ni el grado de confianza que exista entre los miembros de una pareja ni los años compartidos, porque siempre hay intimidades que no se revelan. El temor a decepcionar al otro o incluso el miedo a ser abandonado explican este secretismo.
Ya lo dijo Voltaire en el siglo XVIII: “El secreto para aburrir es contarlo todo”. Y algo de razón tenía el pensador francés, ya que, en la actualidad, los expertos no paran de repetirnos que el principal enemigo de la pareja es el aburrimiento. Sin embargo, los psicoterapeutas también nos recuerdan que las claves sobra las que deben asentarse una buena relación de pareja son la confianza, el respeto, la sinceridad y la comunicación. Entonces, ¿hay que contárselo todo a la pareja, incluidos nuestros más íntimos secretos? La sexóloga Francisca Molero comenta: “¿Qué supone contarlo todo? ¿Supone desvelar secretos del pasado, confesar las fantasías más íntimas y desnudar nuestras experiencias más difíciles? Es fundamental que cada miembro de la pareja tenga su propio espacio, tanto físico como mental, que no necesariamente ha de compartir con su compañero. Esto no es ninguna muestra de desconfianza, Tan sólo la necesidad de cada uno de mantener su independencia, intimidad y privacidad”. Para el sexólogo Roberto Sanz: “La idea de que hay que contárselo todo a la pareja es un mito bastante extendido, originado en el amor romántico y su idealización y basado en que la pareja no debe tener secretos. Sin embargo, la pareja no es más que una unión voluntaria entre dos personas con el fin de ser felices; cada una debe mantener cierta individualidad, independencia frente a ka otra persona. Y esto incluye los secretos, pero tampoco hay que entenderlos como la imposibilidad de compartirlos, sino únicamente como la no obligación de comunicarlos. Simplemente de trata de una elección, y no por ello se quiere más o menos al otro”.
Las causas del silencio
El miedo a decepcionar al otro es una de las causas por las que muchas parejas deciden callar intimidades en lugar de compartirlas. “Determinar qué cuento y qué prefiero callar es un asunto muy personal que se merece todo el respeto por parte de ambos miembros de la pareja. El problema surge cuando uno desea compartir algo con su pareja, pero no se atreve a hacerlo debido a que le asusta la reacción del otro. Así, el temor a ser criticado o juzgado, o incluso a ser abandonado, es el motivo principal por el que, en la mayoría de las ocasiones, no se revelan determinadas intimidades en el ámbito privado”, afirma la sexóloga Francisca Molero.
Revelaciones positivas
Hay experiencias que sí es conveniente compartirlas con la pareja, porque pueden ayudar a superar dificultades que afectan al buen desarrollo de la relación. “Problemas emocionales o de autoestima que únicamente afecten a ala personalidad y actitud de los cónyuges pueden hablarse en pareja como signos de confianza y seguridad. También es positivo compartir los complejos o tabúes sexuales para romper con ellos y poder disfrutar de una sexualidad rica y plena”, considera el sexólogo.
Culpabilidad
Hombres o mujeres. ¿quiénes son más reservados a la hora de compartir intimidades con la pareja? Según Roberto Sanz: “Si tenemos en cuenta los roles que la sociedad ha impuesto a hombres y mujeres, ellas son más expresivas y les cuesta menos compartir emociones y sentimientos y, en cambio, ellos son más pudorosos. Pero, sin duda, las malas experiencias relacionadas con fracasos son el tema que más les cuesta compartir”.
Lo cierto es que hay parejas que piensan que si no lo comparten todo con sus compañeros les están engañando y, como consecuencia, les invade el sentimiento de culpabilidad. “Este comportamiento es propio de personas inseguras y dependientes. Otra causa que explica este exceso de sinceridad es el afán por controlar la vida del cónyuge. En realidad, esta franqueza es ficticia, ya que quien exige sinceridad total lo suela hacer para poder manipular al otro con más facilidad”, matiza Francisca Molero.
La situación es posible que se agrave cuando uno de los miembros de la pareja descubre que su compañero le oculta algo que él debe saber. Entonces surge la desconfianza y la relación entra en crisis. “Inquietud, ansiedad, tensión, inseguridad y malas interpretaciones son algunos de los síntomas de la falta de confianza en la pareja. Para romper este muro de incomunicación y de constantes dudas es necesario hablar del problema, expresar cómo se sienten sin responsabilizar al otro y que cada uno exponga son sinceridad si desea o no compartir con el otro sus secretos más íntimos. Nos guste o no, todos tenemos secretos y hay quien decide compartirlos, pero hay quien prefiere guardárselos.
La clave ante ambas actitudes es una y siempre la misma: mantener la confianza, el respeto y la máxima tolerancia”, concluye la experta.
VIRGINIA MADRID