ZENOBIA REINA DE PALMIRA
Septimia Bathzabbai Zainib, más conocida como Zenobia (23 de diciembre 245 – 274), fue la segunda mujer del príncipe Odenato de Palmira y reina del Imperio de Palmira entre 267 y 272. Odenato era un príncipe cliente del Imperio romano, pero fue asesinado en el 267 y entonces Zenobia tomó las riendas del poder a nombre de su joven hijo heredero.
Aprovechando las disputas en el interior del imperio por la corona del mismo, el reino de Palmira se sublevó e intentó crear su propio imperio con la intención de dominar a los dos que le flanqueaban, el romano y el sasánida. También tenían el incentivo de aprovechar el vacío de poder que el Imperio sasánida aún no había alcanzado a llenar. Las campañas militares de Zenobia le permitieron crear un imperio que abarcaba toda el Asia Menor e incluso logró tomar Egipto con sus tropas en el año 269, ya que allí se había levantado un posible candidato al trono romano. Zenobia logró deponer al pretendiente y reclamó la corona del imperio para su hijo.
Gobernó Egipto hasta el año 272, cuando fue derrotada y enviada como rehén a Roma por el emperador Aureliano. A partir de este momento, el destino de Zenobia parece confuso. Existen múltiples teorías desde que una enfermedad acabó con la vida de Zenobia, hasta que fue una huelga de hambre o una decapitación la causa de su muerte. La versión más optimista cuenta que Aureliano quedó tan impresionado por Zenobia que la liberó, otorgándole una villa en Tibur (actual Tívoli, Italia) donde se convirtió en una filósofa destacada de la alta sociedad, viviendo con sus hijos como una matrona romana.
Zenobia se casó con el rey de Palmira Septimio Odenato por 258 como su segunda esposa. Ella tenía un hijastro llamado Hairan, hijo del primer matrimonio de Odenato.
Alrededor de 266 Odenato y Zenobia tuvieron un hijo, su segundo hijo, Lucius Iulius Aurelio Septimio Vaballathus Atenodoro, más conocido como Vabalato.
En 267, el marido de Zenobia y su hijastro fueron asesinados, cuando Vabalato tenía solo un año de edad, por lo que su madre sucedió a su esposo y gobernó Palmira. A Zenobia y su hijo le fueron otorgados los títulos honoríficos de Augusta y Augusto.
Zenobia fortificó y embelleció la ciudad de Palmira con una avenida custodiada por grandes columnas corintias de más de 15 metros de altura. Estatuas de héroes y de benefactores se encontraban por toda la ciudad, pidiendo a todos los nobles de la ciudad que mandaran esculpir sus estatuas y con ellas levantaran una columna en la que exhibirlas. Todos los notables de la ciudad, posaron ante los artistas para satisfacción de los ediles. En Palmira podían encontrarse cerca de doscientas estatuas en sus columnas y en las paredes del ágora.
También mandó erigir en el año 271 d.C. un par de estatuas de ella y de su difunto esposo. La ciudad que contaba con una población que superaba los 150.000 habitantes, estaba llena de hermosos templos, monumentos, jardines y edificios públicos, entre ellos destacaba el Templo del Sol. Las murallas que rodeaban la ciudad, según se decía, tenían 21 kilómetros de circunferencia.
Zenobia fue derrotada en Emesa (actual Homs), y se retiró a Palmira, donde fue sitiada por Aureliano. Palmira había hecho acopio de víveres y confiaba en la fuerza de sus excelentes arqueros, esperando resistir durante meses, pero gracias a los jefes árabes del desierto, que Zenobia había desdeñado, Aureliano venció la resistencia de la ciudad. Zenobia y su hijo se escaparon de allí en camello con la ayuda de los sasánidas, pero fueron capturados en el río Éufrates por los jinetes de Aureliano. El corto reinado de Zenobia sobre Egipto y el Imperio de Palmira habían terminado. Los palmiros restantes que se negaron a rendirse fueron capturados y ejecutados por orden de Aureliano.
|