El mendigo más pobre
En época navideña un multimillonario quiso hacer una buena obra, y pensó regalar al mendigo más pobre de su ciudad un viaje con todos los gastos pagados al lugar del mundo que él eligiese.
Después de que sus encargados le hicieran la búsqueda y la selección, le presentaron al mendigo más pobre de la ciudad. Era un anciano de aspecto afable, con el pelo canoso y mirada despierta y penetrante. Su única pertenencia en la vida era lo que contenía en una pequeña bolsa de mano.
Entonces el multimillonario, con cara solemne y voz paternal, le digo que escogiera el lugar del mundo donde siempre le hubiera gustado estar, porque ése era el regalo de Navidad que le iba a dar.
El mendigo, pensativo, bajó la mirada al suelo y, tras unos instantes, le dijo respetuosamente:
--Le agradezco su gesto, pero no tiene dinero suficiente para poder llevarme al lugar de este mundo donde he deseado estar desde que tengo uso de razón.
El multimillonario, sorprendido, soltó una pequeña carcajada diciendo:
--Por el dinero no te preocupes. Tengo tanto que podrías estar toda la vida dando vueltas al mundo sin parar.
Pero el mendigo insistió en que no tenía dinero suficiente para llevarle al lugar del mundo donde él desearía estar. El multimillonario, ya un poco irritado y muy intrigado, le preguntó qué lugar era ése. A lo que el mendigo respondió:
--El lugar de este mundo donde yo desearía estar es dentro del corazón de alguien que me quisiera.
JOSÉ REAL NAVARRO, Hacia la Pascua
Asi canta mi tierra por Navidad. Villancicos.