Dietrich Bonhoeffer
Dietrich Bonhoeffer (4 de febrero de 1906 – 9 de abril de 1945) fue un líder religioso alemán que partícipó en el movimiento de resistencia contra el nazismo, pastor y teólogo luterano, fue arrestado y encarcelado. Acusado luego de formar parte, mientras estaba preso, en los complots planeados por miembros de la Abwehr (Oficina de Inteligencia Militar) para asesinar a Adolf Hitler, fue finalmente colgado tras el fallido intento de asesinato del 20 de julio 1944.
Bonhoeffer nació en Breslau, Alemania (hoy Wroclaw, Polonia) en el seno de una familia de la alta burguesía prusiana que integraba la élite cultural berlinesa: los Bonhoeffer.
Su padre era el profesor de psiquiatría y neurología Karl Ludwig Bonhoeffer (1868-1948) en Berlín; y su madre, la pianista Paula von Hase.
La familia se mudó a Berlín en 1906, donde su padre ocupó la cátedra más importante de psiquiatría y neurología de Alemania.
A los 17 años comienza sus estudios de teología en la Universidad de Tubinga y 2 años después los continúa en la Universidad de Berlín.
En 1927, a la edad de 21 años, se doctoró con la tesis Sanctorum communio, la que el teólogo Karl Barth consideró como un milagro teológico.
Se traslada a Barcelona, para asumir la vicaría de la Iglesia Luterana en Barcelona, posteriormente se devuelve a Berlín, y presenta en 1930 su tesis de habilitación titulada Akt und Sein: Traszendentalphilosophie und Ontologie in der systematischen Theologie. Como aún era muy joven para ser ordenado, aprovecha de viajar en ese año a Nueva York para tomar algunos cursos de especialización. Finalmente, el 11 de noviembre de 1931, a la edad de 25 años, es ordenado como pastor luterano.
Resistencia contra el nazismo
En la Universidad de Berlín enseñó Teología y escribió varios libros. Opuesto firmemente al nazismo y a la claudicación de las iglesias alemanas frente a Hitler, se vio implicado, junto con Karl Barth y otros, en el establecimiento de la Bekennende Kirche (Iglesias Confesante o Iglesia de la Confesión, de teología luterana pero no oficial). En abril de 1933, en una conferencia ante los pastores berlineses, Bonhoeffer insistió en que la resistencia política se hacía imprescindible. Entre finales de 1933 y 1935 sirvió como pastor de dos iglesias germanófonas protestantes en Londres.
Volvió a Alemania para encabezar un seminario ilegal para pastores de la Iglesia Confesante, en Finkenwalde, donde recibió el apoyo incondicional de la condesa Ruth von Kleist Retzow. Allí conoció a su nieta María von Wedemeyer, que sería su prometida.
Regresó a los Estados Unidos brevemente y retornó a Alemania en uno de los últimos barcos que hicieron la travesía antes del comienzo de las hostilidades.
La Gestapo clausuró el seminario en 1937 y le prohibió predicar, enseñar y finalmente hablar en público. El seminario funcionó entonces en el estadio von Blumenthal de Gross Schlönwitz, pero fue nuevamente cerrado al estallar la guerra. La resistencia, con la que colaboraba Bonhoeffer, era activa desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Durante este período trabajó mano a mano con numerosos opositores a Hitler.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Bonhoeffer desempeñó un papel clave de acaudillamiento en la Iglesia de la Confesión, que se oponía a las políticas antisemitas de Hitler. Estaba entre aquellos que apelaban a la abierta resistencia de la Iglesia al tratamiento que Hitler daba a los judíos. Aunque la Iglesia de la Confesión no era grande, representaba un foco considerable de oposición cristiana al régimen nazi en Alemania.
En 1939 se unió a un grupo clandestino de la resistencia, que incluía militares de alto rango con base en Abwehr, la Oficina de Inteligencia Militar, quienes, encabezados por el almirante Wilhelm Canaris, querían derrocar el régimen nacionalsocialista de Hitler.
Lo arrestaron en abril de 1943, después de que condujera hacia él el dinero del Proyecto 7, usado para ayudar a escapar a judíos a Suiza. Fue acusado de conspiración y encerrado en la cárcel de Tegel, en Berlín, durante un año y medio. Las cartas a su novia Maria von Wedemeyer y las visitas permitidas constituyen los más importantes testimonios de su paso por la cárcel, donde comenzó a escribir su libro Ética, inconcluso y rescatado por su amigo y biógrafo Bethge.
Tras el complot infructuoso del 20 de julio de 1944, Bonhoeffer fue sindicado de complicidad por sus conexiones con los conspiradores, algunos de los cuales eran familiares suyos.
El 8 de octubre fue trasladado a la prisión de la Gestapo en la calle Prinz-Albrecht para interrogarlo. En abril de 1945 fue llevado al Campo de concentración de Flossenbürg.
Ejecución
El 8 de abril de 1945 se condenó a la horca. En el amanecer del 9 de abril, Bonhoeffer, que el día anterior -domingo de cuasimodo- había dirigido un servicio religioso a petición de los demás presos, fue ejecutado con la horca. Debió desnudarse para subir al cadalso. Sus últimas palabras fueron "Este es el fin; para mí el principio de la vida".El doctor del campo -testigo de la ejecución- anotó "Se arrodilló a rezar antes de subir los escalones del cadalso, valiente y sereno. En los cincuenta años que he trabajado como doctor nunca vi morir un hombre tan entregado a la voluntad de Dios". Su cadáver fue incinerado.
Bonhoeffer es considerado mártir por su fe; fue absuelto de cualquier crimen por el gobierno alemán a mediados de los 90. El calendario de la Iglesia Episcopal en los estados Unidos de América lo recuerda el 9 de abril, fecha de su martirio.
Se ha debatido si hubo razones teológicas y políticas detrás de un supuesto cambio desde su pacifismo cristiano, que expuso a mediados de los años 30, hasta su pretendida participación en el plan de magnicidio de Hitler, según la acusación de sus verdugos. En realidad había pasado más de un año desde el encarcelamiento de Bonhoeffer, cuando algunos de los resistentes atentaron contra el Führer, sin que pueda probarse de ninguna manera que Bonhoeffer haya participado en el violento plan de los resistentes militares.
El obispo anglicano J.A.T. Robinson, refiriéndose a sus cartas desde la prisión, decía que Bonhoeffer estaba muy adelantado para su tiempo, y que posiblemente lo que escribió no se entienda apropiadamente de aquí a cien años. Varios libros han ayudado para acortar este trecho, entre ellos el del propio Robinson titulado «Sinceros para con Dios».
Bonhoeffer es uno de los pocos teólogos reivindicados tanto por cristianos liberales como por conservadores. Fue además una personalidad de resonancia ecuménica. El teólogo y sacerdote jesuita español José Joaquín Alemany (1937-2001), quien fue en su tiempo el mayor conocedor y divulgador hispanoamericano de la vida y obra de este teólogo luterano, dice que Bonhoeffer ha sido una figura de gran importancia de la cual se han enriquecido de su acción y de su obra cristianos más allá de todas las fronteras confesionales. También el papa Pablo VI se refería a Bonhoeffer como una personalidad hondamente cristiana y cuya definición «Jesús, hombre para los demás» es válida para nuestro tiempo.
Se acepta universalmente que, con su muerte, el mundo perdió una de las mentes teológicas más profundas.
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