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EL RINCON DE CELE: PERITOS EN DESANIMAR
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: cele19331  (Mensaje original) Enviado: 25/04/2012 21:23
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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: cele19331 Enviado: 25/04/2012 21:25

 

Peritos en desanimar

Por: Ángel Gabilondo

Quienes confían en nosotros nos resultan singularmente atractivos. Sus palabras y sus acciones dinamizan lo más fecundo de nosotros mismos. Sin embargo, no es fácil construir a partir de quienes tienen una manifiesta predisposición a minusvalorar lo que hemos hecho o hacemos, incluso a descalificarlo. A su juicio, el único certificado de calidad consiste en que algo sea obra suya o haya sido propuesto o impulsado por sus propias manos. Y gustan de preconizar los males que nos aquejan. Disfrazan de análisis sus lamentos. Precisan de una fase en la que desprestigiar lo que alguien o algo es o ha realizado y en todo caso se erigen en especialistas en enumerar deficiencias ajenas. Por nuestro bien, dicen. El tono presuntamente objetivo esconde buenas dosis de reprobación y de descalificación, con un soniquete de riña que supuestamente trata de convocar a la mejora. Al escucharles, comprobamos que simplemente no les agradamos, no ya salvo que cambiemos, es que necesitaríamos ser otros. Y aún.

Son más atractivas las posiciones de quienes desde su lugar, en su entorno, en su trabajo, en los ámbitos en que se desenvuelven, son capaces de impulsar y de promover lo más valioso de los demás, hasta el extremo de sacar de cada uno de nosotros lo mejor, y de hacernos crecer, incluso de crecer ellos a nuestro lado. Al encontrarnos con alguien así, no dejaríamos escapar la oportunidad de progresar. Éste es el liderazgo adecuado y, en todo caso, es la compañía que desearíamos, la de una palabra estimulante y constructiva. No la de quien se dirige a nosotros permanentemente para exhortarnos a que corrijamos nuestros desviados pasos, para lograr lo que en su opinión y valoración, o la de los suyos, es lo más adecuado. Siempre hay tanto que mejorar que sin duda no será difícil reconocer en su listado de lo que ha de modificarse ciertas dosis de sensatez.

Pero en el fondo y en la forma hay quienes una y otra vez reprueban y desaprueban, en nombre de una supuesta profunda transformación, cuanto se viene siendo o haciendo. Desconfían. Ahora bien, partir de lo que otros han dicho o hecho para mejorarlo, sin tratar en cada caso de inaugurar el mundo y la vida, es un buen criterio, y suficientemente realista, como para reconocer la labor ajena y convocarnos conjuntamente a la tarea.

Buscar generar confianza mediante la minuciosa labor de desanimar no parece lo más adecuado. Es cierto que no pocas veces nada desanima más que los errores, que su realidad. Pero aceptarlo no consiste en confundirlo con determinados análisis y valoraciones, y menos aún con ciertos intereses, a fin de justificar posibles decisiones. No hemos de ignorar los criterios y las condiciones de nuestras descripciones y comparaciones. No se trata simplemente de pregonar males y de intervenir sobre los otros, ha de hacerse con ellos, incluso para establecer esos diagnósticos. Es curioso pero nos cuesta más que nos animen los aciertos.

Nada genera más desconfianza que la que ya tenemos sobre algo o sobre alguien. La desconfianza es un modo de ver, pero el desconfiado también es visto. En un juicio de buenas intenciones, podría pensarse que estimula descalificar, poner en entredicho, cuestionar, incidir en lo que no es perfecto o adecuado, pero este procedimiento no parece el mejor de los caminos para un gran proyecto colectivo. Más apropiado resulta reconocer la valía y los resultados personales, conjuntos, institucionales y, desde ellos, mostrar la importancia de proceder incluso hacia un cambio radical, si fuera necesario.

Bien sabemos que cuando no esperan nada bueno de nosotros tenemos tendencia a no defraudar esa expectativa. Reconocer lo que se viene haciendo, los enormes esfuerzos y las profundas transformaciones operadas en muchos ámbitos y personas no ha de ser una coartada para la parálisis, pero es una condición indispensable para promover mejoras. No es cuestión de ignorar las deficiencias, pero del mismo modo que desconfiar no genera confianza, la mera descripción desde el desaliento no incide en su superación.

Las grandes transformaciones se han producido mediante un proceso acordado de mirada amplia y generosa, no tanto ni sólo con el porvenir, también con lo vivido con anterioridad. La falta de perspectiva histórica reduce el diagnóstico a un corte incisivo que sólo nos ofrece una visión parcial, tal vez necesaria, pero absolutamente insuficiente. Incluso cuando los problemas son innumerables, cuando las relaciones se encuentran en dificultades o consideramos que algunos organismos se desvirtúan, el desafío es de más alcance que la elaboración y exhibición de un catálogo de lo que no parece adecuado, que tanto tiene del punto de vista del redactor. Es indispensable hacer copartícipe al otro, a los otros, de la deliberación y del análisis. Los demás no son simplemente el espacio sobre el que operar, sino los verdaderos artífices de las necesarias modificaciones, o no las habrá.

Suele ocurrir, por otra parte, que ese ámbito previo de cierta tensión y desaliento, añadido a la orientación de un diagnóstico que nos apoca, crean las condiciones para una intervención “certera”, lo que tiene alcance “quirúrgico”. La fase de generar desánimo no acostumbra a ser la última. Ni en las relaciones personales, ni sociales, ni políticas. A continuación, y tras un determinado periodo de tiempo, se proponen los caminos y medidas que presuntamente nos liberarán de tan penosa situación. Y así no será difícil asumir como una solución, como unasalvación, lo propuesto.

A ver  si va a ocurrir con el desánimo lo que Nietzsche dice del fastidio, que es un estado de ánimo que obedece a unas causas, eliminadas las cuales no se elimina el fastidio. Pero el desánimo que preconizan algunos peritos no es sólo un estado de ánimo, funciona, intencionadamente o no, como una estrategia.

(Imágenes: Manolo QuejidoLos chinos;  dibujo de Francisco de GoyaBajan riñendo; y Pavo real del mar, fotografía de Leo Matiz)

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Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: IMANPRINCESS Enviado: 13/01/2025 05:51

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: IMANPRINCESS Enviado: 13/01/2025 15:09


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