Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

EL VISLUMBRAR DE LA ERA DE ACUARIO
¡ Feliz Cumpleaños Jorge Canelas !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 NAVIDAD 2.016 
  
 ¿QUE ES LA VERDAD? 
  
 EL EMBLEMA ROSACRUZ & The Rosicrucian Emblem 
  
  
  
 HERMANOS MAYORES 
 THE BROTHERS OF THE ROSE CROSS 
 The Rosicrucian Fellowsihip (CURSOS) 
 MAX HEINDEL 
 NORMAS DEL VISLUMBRAR 
  
 AUGUSTA F. DE HEINDEL 
 CORINNE HELINE 
 ADMINISTRACION 
  
  
  
 BIBLIOTECA ROSACUZ 
 MANLY P. HALL 
  
 PREG Y RESP. R.C. 
 FOLLETOS ROSACRUZ 
 LINKS ROSACRUCES 
  
 ROBERTO RUGGIERO 
  
 FRANCISCO NÁCHER 
 ALEXANDRA B. PORTER , 
 JOSÉ MEJIA .R 
 MARTA BRIGIDA DANEY 
 LIBRO DE URANTIA 
 SALUD Y CURACION 
 CUENTOS PARA NIÑOS 
 EL SITIO DE ACSIVAMA 
  
 NOTAS AL INTERIOR 
 LA BELLEZA DE LA VIDA 
 TUS REFLEXIONES 
 BIBLIOTECA 
 PPS ESOTERICOS 
 MUSICA 
 GRUPOS Y AMIGOS 
  
  
 Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. 
 LA MORADA DE JESÚS 
  
 
 
  Herramientas
 
General: El Secreto de la Felicidad.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Ilusion  (Mensaje original) Enviado: 02/06/2009 16:14
Una antigua leyenda hindú narra que en un viejo monasterio, en las lejanas montañas del Himalaya,
se encontraba fuertemente custodiado el secreto de Dios:
"Cómo puede el ser humano lograr la felicidad".
Dios, decepcionado por la soberbia del hombre,
eligió ese lugar para esconderlo.

Según la leyenda, por la ayuda que prestó un intrépido explorador a un monje, al salvarlo de morir ahogado en un río, además de haberlo reconfortado y alimentado sin interés alguno, el monje le entregó,
en agradecimiento, un mapa con extrañas inscripciones que había heredado, como único tesoro, de su maestro espiritual, y sin tener otra cosa más valiosa para gratificar su ayuda, se lo dio al explorador.

Durante varios años, el explorador intentó descifrarlo. Decepcionado, por lo inútil de sus esfuerzos, en un arranque de cólera lo lanzó al río, que casualmente era el mismo en el que había salvado al monje. En cuanto el pergamino tocó el agua,
se tomó luminoso y se reveló el código para interpretarlo. De inmediato lo rescató y, para su sorpresa, la inscripción indicaba el lugar en el que se encontraba el secreto de Dios.

La travesía duró dos años, por lo intrincado e inaccesible de los caminos. Muchas veces, el explorador erró el rumbo y tuvo que desandar largas rutas, pues sus únicas señales eran las estrellas, las cuales, en noches oscuras, lo hicieron extraviarse. Finalmente, divisó un monasterio sobre el saliente de una roca, al pie de una gran montaña. Se acercó cautelosamente y llegó ante una puerta enorme que, para su asombro, estaba abierta sin vigilancia alguna. Su sorpresa fue mayor cuando salió a su encuentro un viejo monje, que con una amplia sonrisa le preguntó amablemente qué deseaba.

El explorador contó su extraña aventura,
suplicándole le permitiera conocer el secreto de Dios. El monje le contestó:

-El secreto de Dios está a su disposición, pero usted seguramente se preguntará cómo, si el mapa indica que está fuertemente custodiado. Le diré que el secreto se cuida solo; está labrado en una piedra y sólo lo podrá leer si el espíritu que lo guarda considera que usted es merecedor de conocerlo.

-¿Y cómo sabré si soy digno o no?
-preguntó el explorador.

-El espíritu guardián le formulará una sola pregunta, y de su respuesta depende la revelación.

El explorador siguió al monje al interior del monasterio, era un lugar místico;
se escuchaban unos coros a lo lejos;
estaba iluminado con lámparas de aceite,
olía a incienso
y se respiraba una profunda paz.

El monje lo condujo a una capilla,
que tenía por altar una gran roca,
con una enorme cantidad de cirios
encendidos a su alrededor.

El explorador , admirado y con cierto temor,
se acercó y en voz alta hizo su petición:

-Deseo fervientemente conocer el secreto de Dios, saber cómo lograr ser plenamente feliz.

El espíritu respondió:

-¿Para qué deseas saberlo y qué harás con él?

-Deseo ser feliz
-contestó e inmediatamente agregó-, y si me es revelado, me comprometo a darlo a conocer al mayor número de personas que me sea posible.

Para asombro del propio monje y del explorador,
se escuchó la voz del espíritu:

-Dejaría de ser un secreto si lo revelaras
a otra persona. Si te comprometes a no divulgarlo,
se te dará la oportunidad, ¿qué contestas?

-Prefiero no conocerlo, pues no creo justo que, sabiendo la verdad, me quede solamente yo con ella.
La mayoría de los seres humanos buscan la felicidad, pero no saben cómo alcanzarla.
Lamento no poder comprometerme con lo que me pides.

Se oyó aún más poderosa la voz del espíritu:

-Has hablado, no con la inteligencia,
sino con el corazón.
Has manifestado el don más grande de la creación. Cumpliré la voluntad de Dios, revelar el secreto de la felicidad solamente a quienes buscan el amor.

En ese momento se escuchó un estruendo ensordecedor y la piedra quedó intensamente iluminada, dejando ver con claridad el mensaje:

"..La felicidad es una decisión,
que llevas en el corazón
si te mantienes por encima de las circunstancias; dale sentido a tu vida, al sufrimiento,
a la enfermedad y a la muerte;
si logras la trascendencia de tu ser
y vivir solamente el presente,
la felicidad será tuya
y permanecerá en ti para siempre...."


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: TRACY Enviado: 03/06/2009 00:30
 

Matthieu Ricard, de 61 años, es biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo y dejó su carrera por abrazar al budismo. Actualmente es asesor personal del Dalai Lama, vive apartado del mundo, ha regalado su dinero y no tiene relaciones sexuales desde hace 30 años.

Con este pergamino, digno de un guión de cine, Matthieu Ricard ha sido considerado por los especialistas en neurociencia afectiva como “El hombre más feliz del mundo”. Y es que para ellos, el monje francés registra una actividad inusual en la corteza izquierda de su cerebro, donde residen las sensaciones placenteras.



 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados