ES URGENTE NO-HACER
La flor, durante la floración está,
no hace nada, simplemente es una flor, y florece.
Si la flor tuviera una mente similar a la humana
comenzaría a preocuparse y preguntarse :
¿De que color serán mis nuevas hojas?,
¿Podría acelerar mi proceso con un poco de fertilizante?,
¿Donde venden el fertilizante?, ¿Cuanto cuesta?,
¿Que dosis debería emplear?, ¿Seré mayor que la flor de al lado?,
¿Este árbol de ahí no me gusta, como podría hacerlo desaparecer?.
Etc, etc, etc......Y empezaría a intentar estirarse para engrandecer sus pétalos,
y quizás aprendería alguna técnica para favorecer su proceso de crecimiento.....
El humano crea demasiadas "identidades" mentales
y dirige sus acciones a una dirección diferente a la del fluir en ese momento.
Es urgente no-hacer y dejar que las cosas sigan su curso natural.
Muchas veces sentimos la necesidad de ponernos en el estado de No Hacer,
pero en esta sociedad occidental es bastante mal interpretado,
sin ser conscientes de que es algo necesario para los que estamos
en el camino evolutivo hacia la "nueva humanidad".
Por esta razón, muchas veces nos invade el sentimiento de sólo estar ahí,
y sentir que vemos por primera vez las flores del jardín.
Es una sensación directa, somática,
y así nos damos cuenta, que la mayor parte del tiempo
hemos estado viviendo en un mundo plano.
En cambio, en el no-hacer sentimos una profundidad que nos hace
ver en tres dimensiones.
Experimentamos así una sensación de espacio y de presencia.
Esto nos ocurre simplemente porque debemos esperar
el flujo natural de TODO "NO HACER",
es un tiempo para "ESTAR AHÍ".
OBEDIENCIA y ACEPTACION,
nos guiarán hacia nuevos niveles de consciencia
en los que viviremos más plenamente la Luz del Amor Divino que Somos.
El Maestro Jesús en su Sermón de la Montaña nos lo explicó :
"Los pájaros no necesitan sembrar,
ni cosechar ni almacenar en graneros y,
sin embargo, se alimentan; los lirios no cosen ni hilan y,
sin embargo, están vestidos".
Se trata de seguir el ejemplo de la naturaleza
y no malgastar energía.
Se trata de la belleza de dejar que las cosas sigan su rumbo.