El respeto del hijo por sus padres surge, no del conocimiento de la obligación implícita en la procreación, sino naturalmente del resultado del cuidado, educación y afecto otorgados con amor por los progenitores al ayudar al hijo a ganar la batalla de la vida.
El Libro de Urantia
De las tareas encomendadas por Dios al hombre, la más difícil sin lugar a dudas es la de ser padres porque nadie nos puede enseñar, porque cada hijos es diferente y necesita de un trato especial. La misión de ser padres siempre ha sido difícil, pero creo que nunca tanto como lo que es ahora, cuando la juventud parece no conocer el respeto ni por los padres, ni por nada que huela autoridad, y cuesta reconocer que en gran parte somos los padres los culpables que la educación de los hijos se haya escapado de nuestras manos. La vida agitada de hoy en día, el exceso de trabajo para darles lo mejor que nos ofrece el mercado, ha hecho que nuestras casas estén llenas de tecnología y adelantos, pero cada vez son menos "hogar dulce hogar" porque no hay tiempo para convivir y conversar entre los miembros que la componen.
Pareciera ser que el amor que profesamos a nuestros hijos es lo más noble y puro que el ser humano puede sentir, ya que ellos son carne de nuestra carne, sin embargo muchísimas veces ese amor se ve teñido por el egoísmo y la falta de criterio.
Los padres deberíamos estar siempre atentos a la calidad del amor que le estamos entregando a nuestros hijos, nuestra misión no es solamente amar, sino también educar y guiar, pero sin hacer sentir nuestra mano.Hay que dejarles su propio espacio, para que sean lo que realmente son: una personalidad única e irrepetible
Es común ver a los padres esforzarse porque el hijo cumpla sus propios sueños irrealizados, se pretende que ellos sean, lo que por alguna razón no pudimos ser nosotros. También hay casos en que se les obliga seguir la misma carrera del padre o del abuelo, porque se transforma en tradición familiar.
Por otro lado las madres, en un amor exagerado, miman a sus hijos de tal manera que les impiden su crecimiento y transforman a sus hijos en personas dependientes e inútiles. En todos estos casos, el amor más que un bien se transforma en un verdadero impedimento para el desarrollo de la verdadera personalidad del hijo, haciéndole un tremendo daño.
El amor es la realidad suprema cuando proviene de seres sabios, pero puede ser un rasgo peligroso y aún egoísta como se manifiesta en algunos padres. Asegúrate que tu amor por tus hijos sea controlado por la sabiudría y guiado por la inteligencia"1922
yolanda silva solano
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