El temor, la envidia y la vanidad sólo se pueden prevenir mediante el contacto íntimo con otras mentes.
El Libro de Urantia
A veces cuando uno recién comienza a apasionarse por las cosas espirituales, tiende a aislarse y sólo quisiera poder dedicarse a meditar y profundizar en las verdades que va descubriendo, es un proceso natural de deslumbramiento, pero hay que tener mucho cuidado para que el aislamiento no se convierta en una costumbre que nos aleje del mundo real, porque es en el Aquí y Ahora donde debemos evolucionar y alcanzar la espiritualidad que nos permita cambiar nuestras pautas erróneas de conducta.
Ciertos momentos de soledad y concentración son indispensables para encontrar a Dios en nuestro interior, pero el verdadero trabajo evolutivo está en el trato que tengamos con los demás seres que nos rodean, porque en soledad es muy fácil el estar en paz, el ser buen genio, pero ¿qué pasa cuando alguien nos da la contra, cuando no nos comprenden, cuando comprobamos que los otros son mejores que nosotros?
El misticismo, el aislamiento puede convertirse en un gran escape para no afrontar los verdaderos problemas, tanto espirituales como materiales, porque sin duda que es mucho más placentero el leer o meditar que el tener que salir a ganarse el pan con el sudor de la frente...por eso Jesús nos dió el ejemplo, El nunca escapó de su deber familiar, incluso postergó su vida pública y de predicación hasta que no aseguró el bienestar económico de su familia, para demostrarnos que "mientras os dedicáis a la obtención de las realidades eternas, debéis también disponer para las necesidades de la vida temporal, porque la verdadera religión no funciona separada del individuo"1778
El contacto con nuestros semejantes es lo que le va dando realidad a nuestra espiritualidad, porque es en la hermandad donde se manifiesta lo que en verdad alberga nuestro corazón, los frutos del espíritu para que sean tales, necesitan de la confrontación con la realidad que a cada uno le toca vivir, no nos auto engañemos con misticismos baratos.
yolanda silva solano