Que se necesita?….
Para qué tantas especialidades, si no se toca fondo?
¿Para qué tantas leyes, si no saben gobernarse?
Y tantas promesas y discursos si no saben cumplirse?
Y tanto Protocolo, tantas cumbres, si no saben actuar,
dilucidar y decidir?
Un mundo preparado para llegar hasta la luna,
mientras la tierra se está resquebrajando,
los hombres se están aletargando y
los niños por nacer están muriendo...
De un mundo electrónico y mecánico
no pueden salir los sentimientos.
De un mundo con hombres débiles y raquíticos
no pueden salir los gigantes.
De un mundo con puntales rotos
no puede sostenerse el edificio.
De un mundo inseguro, giratorio, sin eje central,
no puede nacer la estabilidad ni la paz.
De un mundo donde sólo circula el egoísmo,
no puede nacer el amor.
De un mundo que todo lo toca, que todo lo palpa,
todo lo vende y todo lo compra,
No pueden nacer los goces del espíritu,
ni la luz del alma, ni el fuego de la fe.
Estudia tanto la gente, que a veces parece
que vamos a tener un mundo de sabios
metido en un barco que se hunde.
Un mundo de lumbreras
metido en el túnel oscuro de la destrucción,
la insensatez y la locura.
Un mundo de cultura, que no sabe vivir!
Y un mundo de comodidades que no sabe amar!
Los absurdos se imponen, las posturas se contradicen,
la verdad se encubre y el mundo queda movedizo,
desleal, indiferente.
Hay que hacer nuevas las viejas verdades
que los jóvenes desconocen, no amarrando una generación a otra
( cada una tiene su característica, su situación, sus realidades),
pero sí rompiendo el nudo y trenzándolo de nuevo,
con lo mejor de cada una.
La semilla de la juventud tiene que aflorar con otra calidad.
Tanto tallo podrido corrompe los manantiales
y atrofia las flores y los frutos.
Hay que empezar a crear desde la base,
para que la figura tenga un buen pedestal,
el edificio unas buenas columnas
y la juventud un buen cauce...
porque si siguen por la corriente en que van,
pueden acabar en el despeñadero.
Hay que edificar la juventud
con aguas más limpias y siembras más puras,
más abonadas y mejor trilladas.
Hay que cerciorarse de lo que pasa y
pensar con seriedad en lo que puede pasar.
Hay que predicar con algo más que con palabras.
Hay que dar amor con algo más que lástima.
¡ Y hay que parárseles delante con algo más que miedo!
Dios no pasa, porque estamos cercados por murallas,
destruidos por tantos fracasos y tantas mentiras,
por razonar con la filosofía sin sentir con el corazón.
No se puede aspirar a un plano más alto, cargando tanto lodo.
No se puede rondar la vida.
¡hay que meterse dentro de ella,
hay que amar para darle intensidad!
Con el amor y la fe se fija el destino,
pues con eso haces la vida.
No esperes que nadie llegue, en este mundo turbulento,
a regalarte la paz, La paz eres tú, la llevas dentro.
Nadie llega con bandeja de plata a regalarte la felicidad.
La haces tú, con un laborioso y diario dolor,
con un ladrillo de libertad y otro de Dios,
con una viga de voluntad, una ventana para colar el sol
y un engranaje entre la inteligencia y la gracia que nos asegure,
nos sostenga y nos mueva... ¡que nos haga crecer por dentro!
Pues se está perdiendo dignidad, hombría, calidad humana:
conceptos básicos para vivir.
La falta de amor y de fe le está quitando hasta el brillo
a la inteligencia y el sabor a la vida.
Pues a pesar de tantos avances, andan flojos los frenos.
A pesar de tanta civilización, andan bajando los principios.
A pesar de tantos estudios, especialidades y diplomas,
se derrumba la armonía y se dificulta la convivencia humana.
A pesar de tanto presumir, sigue creciendo el vacío,
sigue perdido el hombre, sigue sin equilibrio la reflexión
¡ y vagando ajena, la juventud!
Si todos esos portentos electrónicos
y esas maravillas de la ciencia se unieran al amor,
a la humanidad y a la fe, viviríamos en un paraíso,
se elevaría el hombre y reinaría Dios.