Si nos dejamos guiar por el corazón, cada una de nuestras acciones aportará más luz.
Se puede sentir. La trama se consolida. Lo invisibles se hace visible. No es una utopía la red de luz. Muchísimas personas están vibrando en una nueva frecuencia. Cada hebra luminosa va encontrando su lugar de manera sincrónica. Un entretejido de conciencia da impulso a una nueva realidad. ¿Acaso creías que estabas solo? Que tus fuerzas no decaigan. Continuá iluminando. Este mensaje no llega a tu vida por casualidad, viene directo a tu encuentro, donde quiera que estés, porque necesito decirte algo.
¿Dudás que sea cierto? ¿Pensás que estas líneas no fueron escritas para vos? Los errores no existen. Las cosas no suceden porque sí. Sos de los que están poniendo el cuerpo y el alma al servicio de la transformación del hombre. Todavía no podés percibir la real magnitud de tu aporte al cambio global, pero intuís que tu trabajo no es en vano.
Salí en tu búsqueda porque estás necesitando la confirmación externa de lo que internamente ya sabés: cada una de tus acciones aportan luz, porque son guiadas desde el corazón.
Tu manera de pensar, sentir y actuar está sincronizada con los latidos de la existencia. Sé que no te digo nada nuevo con todo esto, pero lo hago porque, de tanto en tanto, es bueno que nos lo recuerden. Sobre todo cuando nuestras fuerzas se debilitan por creer que estamos solos; ahí es donde cobran más sentido estas caricias para el alma.
Podremos no vernos, podremos no conocernos, pero en un nivel más íntimo y profundo sabemos que estamos conectados y que somos multitud los que fluimos en una misma sintonía, porque estamos orientados a un mismo fin... crear puentes hacia el cielo.
No es tan difícil como parece. Si podemos hacer que alguien sonría, sufra menos o logre cambiar su percepción para que contemple el vaso lleno, con una mitad de agua y la otra de aire, habremos dado un paso enorme en la construcción de los caminos que nos ayudan a elevar. Sé que podés volar e irte si lo quisieras. Eso es lo que te hace humanamente bello cada vez que te veo construyendo puentes.
No te distraigo más. Tenemos que seguir ayudando a que la mayor cantidad de personas despierte. Necesitamos de más gestos, palabras y acciones para que el entramado se cristalice y la red de conciencia revele toda su magia y esplendor. El mensaje es simple. Hoy quise llegar a vos, porque necesitaba decirte GRACIAS. Donde quiera que estés, recibí este eterno abrazo, lleno de amor, luz y armonía, que te envío con el viento.
Por Julio Andrés Pagano