La imagen de la Virgen tiene una larga vida según la leyenda, pues su primer propietario fue, según los códices antiguos, San Lucas, el senador romano Lucano, en el siglo I de la era cristiana. Cuentan, que muerto el evangelista, en Acaya (Asia Menor), la imagen fue enterrada con él. En el siglo IV, fue trasladada, con el difunto, a Constatinopla y, desde aquí, fue llevada a Roma por el cardenal Gregorio, legado del papa Pelagio II. Una vez elegido pontífice, Gregorio Magno, la expuso en su oratorio. La virgen se anota su primera intervención milagrosa cuando el pueblo de Roma, tras aclamarla con fervor a su paso en procesión por las calles de aquella ciudad azotada por la peste, comprobó que la fatal epidemia desaparecía mientras aparecía un ángel sobre el castillo limpiando la sangre de una espada, al tiempo que un coro de ángeles cantaba. Isidoro, hermano del papa traslado la imagen a Sevilla y la entregó a San Leandro, arzobispo de la ciudad. Durante la travesía, se calmó una fuerte borrasca y la imagen llegó indemne al puerto fluvial hispalense, desde allí fue trasladada a la iglesia principal, en la que fue venerada hasta la invasión musulmana del año 711
La Virgen del coro
Una carretera sinuosa trepa la sierra de Villuercas, coronada por filosas puntas de roca. Aquí y allá se ven olmos, olivos cargados de racimos. Las ovejas pastando dan vida al solitario paisaje extremeño. Más allá se distinguen por fin las torres almenadas del enorme monasterio, también de roca, levantado durante los siglos XIV y XV.
Sus interiores son suntuosos. Fue declarado por la Unesco, en 1993, patrimonio de la humanidad. Sus salones albergan ricas colecciones de libros de coro y ornamentos religiosos atiborrados de joyas. Atesora también pinturas de renombrados artistas, como Zurbarán, El Greco, Goya, Rubens...
En una cámara especial se exhiben los relicarios, mantos y coronas de la Virgen de Guadalupe. De ahí, lo más preciado son, sin duda, sus coronas en oro y plata, cada una adornada con miles de diminutas piedras preciosas: diamantes, esmeraldas, perlas, zafiros...
Y en lo alto del altar luce la venerada imagen de Santa María de Guadalupe, cubierta con ricos ropajes y sosteniendo un niño Dios y un cetro de oro. Es una Virgen negra, de estilo románico. Algunos códices remontan su origen al siglo primero del cristianismo. Investigaciones posteriores indican, sin embargo, que un autor anónimo la talló en madera de cedro, en el siglo XII.
Se dice que, para evitar su profanación, la escultura estuvo enterrada durante la conquista árabe aquí cerca, en la riberas del río Guadalupe -palabra que se castellanizó del árabe wad al luben (río escondido)-, hasta que la encontró un pastor llamado Gil Cordero. La leyenda empezó a hablar de apariciones marianas por boca de peregrinos, poetas y predicadores. Lo cierto es que al principio se le construyó una ermita, que con el tiempo se transformaría en el actual monasterio gótico y mudéjar.
... Y a la Virgen, como al río, se le llamó Guadalupe.
Fray Sebastián García refiere que, durante la conquista de la Nueva España, "familias enteras de españoles propagaron la devoción a la Virgen en el nuevo mundo, al igual que los primeros misioneros". Sin embargo, aclara que la imagen difundida no era la de la "Virgen titular", sino la de la Virgen de Guadalupe que está en el coro del santuario.
Dice: "La iconografía de la Virgen del coro la reproducían los propios monjes del monasterio, que eran habilidosos dibujantes y pintores. Ellos repartían estampas con esa imagen, que ya estaba en el coro en 1498".
El Escudo de Extremadura aparece descrito en el título I de la Ley 4/1985, de 3 de junio, del escudo, la bandera y del Día de Extremadura.Es un escudo con boca a la española. Timbrado en coronel abierto; compuesto de ocho florones de hojas de acanto, visibles cinco, engastado en piedras preciosas. Escudo medio partido y cortado.En el primer cuartel, de oro, un león rampante de gules linguado y uñado. En el segundo en campo de gules un castillo de oro mazonado de sable. En el tercero en campo de azur dos columnas corintias de oro rodeadas de una cinta de plata con leyenda «Plus Ultra» cargada de letras de gules. En punta ondas de azur y plata. Sobre el todo un escusón de plata con una encina de sinople fustada.
Real Monasterio de Santa María de Guadalupe
Se trata de un edificio religioso único, mezcla de estilos gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico, cuya construcción se ha desarrollado a lo largo de los siglos XIII al XVIII. El monasterio es Patrimonio de la Humanidad desde 1993. La Virgen de Guadalupe es la patrona de Extremadura y en 1928 recibió el título de Reina de las Españas o de la Hispanidad.
Cuenta la leyenda que, en plena invasión árabe, allá por el siglo VIII, una imagen de la Virgen junto con otras reliquias había sido escondida por unos monjes junto al río Guadalupe. Siglos más tarde, a finales del XIII, cuando la zona vuelve a dominio cristiano, un pastor llamado Gil Cordero encuentra la imagen de la Virgen:
Un vaquerizo natural de Cáceres perdió una de sus vacas cuando pastoreaba su ganado cerca de Alía; la buscó por espacio de tres jornadas y, al fin, la encontró muerta. Intentó el hombre desollar la res, y para ello, le hizo en el pecho la señal de la cruz con el cuchillo. Fue entonces cuando se verificó el prodigio. La vaca se levantó por sí misma ante el espanto del buen extremeño. No fue eso todo, la voz celestial de la Señora reveló al pastor la existencia de la imagen enterrada siglos atrás en aquel mismo lugar, al tiempo que le encomendaba propagar ci descubrimiento entre los clérigos. La Madre de Dios expuso también la conveniencia de levantar en aquel paraje una pequeña capilla para dar culto a las reliquias que se descubrirían.
No terminaron ahí los milagros de la Virgen. Cuando el vaquero volvió a su casa se encontró con el triste espectáculo de su hijo muerto. Bastó una invocación a Santa María y la promesa de consagrar al muchacho a su servicio para que se obrase un nuevo portento. La resurrección del joven sirvió para ratificar las palabras del pastor.
Los relatos y sucesos relacionados con la Virgen de Guadalupe llegan a oídos del rey Alfonso XI, que visita el lugar a mediados del siglo XIV y relata la existencia de una pequeña ermita de Santa María: "era casa muy pequeña e estaba derribada, e las gentes que y venían a la dicha hermita en Romería non avían y do estar".
El rey otorga una serie de términos y dona el dinero necesario para la construcción de una iglesia, que poco a poco va adquiriendo mayor importancia por la implicación del monarca con la Virgen de Guadalupe.
A finales del siglo XIV el rey Juan I entrega a la Orden de los Jerónimos la iglesia del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
Ya en el siglo XV es Isabel la Católica la que se implica de una forma personal con la Virgen de Guadalupe y visita en numerosas ocasiones el santuario.
Entre los siglos XIV y XVIII los jerónimos llevan a cabo numerosas ampliaciones sobre el edificio original, utilizando preferentemente mampostería y ladrillo, formando un conjunto cerrado con aspecto de fortaleza, con la idea de preservar las riquezas que se guardaban en el interior.
Fuentes.. entre otras mil ( me perdí..)
http://pueblosespana.net/myalbum-photo.lid-66.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Escudo_de_Extremadura
http://bismarck77.obolog.com/misteriosa-guadalupe-trinidad-diabolica-245787
http://wapedia.mobi/es/Santa_Mar%C3%ADa_de_Guadalupe_(C%C3%A1ceres,_Espa%C3%B1a)