¡No te desalientes!
¡Espera, no te desalientes!
Encuentro una promesa maravillosa
en la Biblia para tiempos de desaliento.
David afirmaba:
"¿Por qué te deprimes alma mía?
¿Por qué te inquietas?
Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias,
a él, que es mi salvador y mi Dios." (Salmo 42, 6)
¿El desaliento quiere ganar terreno en tu vida?
¿Estás empezando enojado o con preocupación la semana?
¿Los resultados parecen no ser los mejores?
¡Qué bueno es el consejo que David se daba a sí mismo:
recordar las intervenciones previas de Dios.
Él dice que "otra vez" tendrá razones para agradecerle a Dios.
Recuerda cómo Dios lo ha sorprendido en anteriores oportunidades,
al mismo tiempo se coloca en situación de expectativa.
Piensa, con respecto a Dios, en términos de "lo que va a hacer".
Es una excelente enseñanza sobre el manejo de los tiempos:
- No amargarse por situaciones presentes no deseadas.
- Recordar la fidelidad de Dios en el pasado.
- Estar expectante por la victoria que Dios dará en el futuro.
Te animo a tener esta misma actitud con respecto
al pasado, al presente y al futuro.
¿Con qué nos volverá a sorprender Dios
durante esta semana?
Cuando tú te empiezas a acordar de esto...
"De día, el Señor me dará su gracia;
y de noche, cantaré mi alabanza
al Dios de mi vida." (Salmo 42, 9)
Vive estos próximos días con fe y expectativa.
Ora para que Dios intervenga más
en tu vida y tú intervengas menos.
Dios no se mueve al ver nuestra necesidad,
Él se mueve al ver nuestra FE.