La paz de Jesús es la alegría y la satisfacción de una persona que conoce a Dios, y que ha logrado el triunfo de aprender plenamente a hacer la voluntad de Dios mientras vive la vida mortal en la carne.
El Libro de Urantia.
La paz de Jesús no era la paz estática, que se supone se adquiere con la meditación o la adoración, porque sabía que "la adoración es la técnica de buscar en el Único la inspiración para servir a muchos"1616 Jesús sabía mantener la paz y la calma en medio de los situaciones más difíciles porque: "La paz de Jesús, no es del tipo pacífico y negativo. Frente a las pruebas y persecuciones El dijo: Mi paz os dejo con vosotros. No se turbe vuestro corazón, ni tengáis miedo".
La paz espiritual no existe cuando hay miedo, porque el miedo es carencia de confianza en el amor de nuestro Padre y en la plena aceptación a su voluntad, porque cuando nuestra entrega a la voluntad del Padre es total, la paz del alma se hace permanente en nuestro corazón, porque "cuando se acumulan las nubes, nuestra fe acepta el hecho de la presencia del Espíritu residente y así podemos contemplar más allá de las nieblas de la incertidumbre mortal, el brillo claro del sol de la rectitud eterna." 1194
Jesús, se hizo uno de nosotros para enseñarnos a estar en paz, sin importar lo que nos ocurra, porque nuestra confianza está en creer firmemente en el amor del Padre, quién aun en las horas más sombrías, nos ama y está junto a nosotros. "Esta paz es la que previene conflictos desastrosos. La paz personal se integra a la personalidad." por tanto no se está en paz en algunos momentos determinados, sino que ese ser humano se convierte en una persona pacífica en todas sus acatuaciones, promoviendo la paz social y alejando de su vida el temor y la ira.
Nadie puede dar lo que no tiene, por eso la paz es un proceso interno que debe comenzar por estar en paz con nosotros mismos y para estarlo es preciso conocernos y aceptarnos tal cual somos, querernos como hijos de Dios que merecen respetarse y hacerse respetar y esto sólo puede suceder cuando en nosotros no hay contradicciones internas, cuando no hay una dicotomía entre lo que pensamos y lo que hacemos. cuando somos sinceros con nosotros mismos y con el prójimo.
La paz es sinónimo de armonía, no puedo pretender entregar paz a los demás si soy intolerante ante mis defectos y los de los demás, porque la paz tiene sus cimientos y se recrea en la aceptación, en la comprensión, en la empatía, en la acción solidaria no de palabra sino de obras, en el diálogo que reemplaza a la intransigencia y que acepta las diferencias, porque "trabajar por la paz, es la cura de las desconfiazas y las sospechas"
La paz es el camino y la meta, no se puede llegar a ella si no la tenemos mientras caminamos, hay que dejar sólo espacio para que el Amor reine y se multiplique al ser compartido al imitar la paz que Jesús tenía y no nos olvidemos que ella era alegre y que la puerta a la alegría es la sonrisa fácil y cariñosa.
yolanda silva solano