Escuchar no es un arte fácil de alcanzar, pero hay en él belleza y gran comprensión. Escuchamos desde las distintas profundidades de nuestro ser, pero en nuestro escuchar siempre hay un preconcepto o un punto de vista particular. No escuchamos simplemente; interviene siempre la pantalla de nuestros propios pensamientos, conclusiones y prejuicios.
Escuchamos con placer o resistencia, con aceptación o repulsión, pero eso no es escuchar. Para escuchar es necesario que haya quietud interior, liberación del afán de adquirir, una atención sin resistencia.
Este estado alerta y sin embargo pasivo es capaz de oír lo que está más allá de la conclusión verbal. Las palabras confunden, son sólo medios exteriores de comunicación; pero para entrar en comunicación más allá del ruido de las palabras, debe haber en el escuchar una alerta pasividad.
Quienes aman saben escuchar; pero es muy raro encontrar quien sepa escuchar. Casi todos perseguimos resultados, la realización de metas, estamos continuamente superando y conquistando, y así no hay escuchar. Es sólo escuchando que podemos oír la canción de las palabras.
Krishnamurti