La familia es la unidad fundamental de la fraternidad en la que padres e hijos aprenden esas lecciones de paciencia, altruismo, tolerancia e indulgencia que son tan esenciales para la realización de la hermandad entre los hombres.
El Libro de Urantia. Pág.941
Creo que uno de los grandes males de nuestra sociedad actual es la desintegración de la familia, cada día son más los hogares destruídos por el divorcio y los matrimonios que permanecen unidos, muchas veces no ofrecen a los hijos los valores propios de un "hogar, dulce hogar" sino las comodidades de una casa cada vez más bien equipada con las últimas novedades que ofrece el mercado y que para poder adquirlas es preciso que ambos padres salgan a trabajar, dejando el cuidado de los hijos a las nanas que por buenas que sean, nunca podrán reemplazar a los padres.
Como esta es una realidad que ya no es posible evitar, sólo nos queda hacernos conscientes de mejorar la calidad, por la cantidad de tiempo que damos a la familia, porque así como “cada integrante de ella se beneficia por la conducta recta de todos los demás miembros, del mismo modo, cada integrante ha de sufrir las consecuencias temporales inmediatas de la mala conducta de cualquier otro de sus miembros. La familias como grupos, al igual que las naciones, las razas, los mundos, los sistemas, las constelaciones y los universos, son relaciones de asociación que poseen individualidad, por lo tanto, cada integrante de cada grupo grande o pequeño, cosecha los beneficios y sufre las consecuencias de la rectitud y de la maldad de cualquier otro de los miembros del grupo correspondiente” 619.
Los padres hemos perdido autoridad sobre los hijos, no sabemos como tratarlos porque su rebeldía nos asusta porque en el fondo nos sentimos culpables de no haber enderezado el arbolito cuando comenzaba a echar sus primeras ramas cuando aún eran niños, porque el adolescente es bastante más incontrolable. El dejar hacer, resulta más fácil que el corregir, pero las consecuencias suelen ser fatales, porque los hijos sienten esa falta de control, como falta de cariño y de preocupación. En estos días la prensa daba cuenta de unas chicas adolescentes que decían haber sido raptadas y abusadas por algunas horas en una camioneta. Por supuesto se movilizó la policía, pero al cabo de unas cuantas interrogaciones las chicas acabaron confesando que todo había sido una mentira para llamar la atención de sus padres...
Este hecho verídico debe hacernos pensar en nuestra tremenda responsabilidad, porque los hijos aunque reclamen, prefieren ser sancionados que ser ignorados, sus rebeldías en el fondo son gritos de ayuda... son peticiones de cariño...Los padres debemos criar a los hijos con ciertas normas de comportamiento, poner límites claros y enseñarles que en la vida no es posible tener todo lo que se desea. Si los hijos se sienten verdaderamente queridos, van a saber comprender nuestras negativas a determinadas cosas.
No nos cansemos de pedir a Dios que nos enseñe y nos ayude en la tremenda responsabilidad de educar y guiar a nuestros hijos, porque nada material puede reemplazar el amor y la comunicación entre padres e hijos.
yolanda silva solano