Tal vez me encuentre en una encrucijada:
si sigo derecho, mi vida continuará siendo la misma;
si cruzo a la derecha o a la izquierda,
mi vida será una nueva aventura.
Bien acepte el cambio o permanezca en lo conocido,
seré guiado correctamente
al seguir el camino iluminado por la Luz Divina.
Bajo esta Luz no tengo nada que temer.
Mi pensamiento es claro y éste me prepara
tanto para lo esperado como para lo inesperado.
Presto atención a mi intuición.
Logro percibir qué es lo mejor para mí en cada momento.
Y si hay sorpresas en el camino,
respondo con calma, paciencia y confianza.
Soy flexible y fuerte en Espíritu.
Soy Bendecido por la Belleza y Majestad de
la Creación que la Luz Divina me revela.
Dijo Dios:
"Sea la luz".
Y fue la luz.
(Génesis 1:3).