Es una carga de transmutación, muy grande. Y que decir de lo que pasa con millones de individuos, permanentemente, el movimiento mental desequilibrado, desordenado, de millones de individuos, millones de personas pensando de manera desordenada, hablando de manera desordenada, eso, en el plano etérico del planeta, en el plano psíquico, es un verdadero terremoto, maremotos, tornados, son movimientos de fuerza colocados ahí.
Entonces el uso de la palabra es básico y fundamental, para que podamos trascender, ese juego de fuerzas materiales y podamos comenzar a funcionar como canales, de esa luz que está más allá de la mente.

El mal uso de la palabra, puede ser visto como una enfermedad que debe ser curada, entonces necesitamos pasar por una cura en ese campo. Es una enfermedad contagiosa inclusive, porque ustedes pueden ver en el ambiente donde alguna persona o algunas personas no poseen un control de la palabra, donde usan la palabra incorrectamente, podemos percibir como aquello comienza a minar todo el ambiente, la relación con las cosas, el transcurso de las situaciones. Entonces, esa enfermedad que es el mal uso de la palabra, necesita ser tratada, necesita ser curada. Para eso entonces necesitamos de una cura, una cura profunda.

Algunos puntos, pueden ser vistos, observados, tratados, directamente por cada uno de nosotros. Y esos puntos van siendo más sutiles a mediada que la consciencia se va trabajando. A medida que el individuo, inicia ese proceso de purificación, el comienza a organizar las fuerzas de la personalidad. Entonces, aquello que era un uso más grosero, va tornándose más sutil, más continua existiendo aún hasta cierto grado, hasta que ciertos procesos internos de unión, hayan sucedido.

Necesitamos estar atentos a la maledicencia, a hablar mal de los otros, a confirmar los aspectos negativos de las personas y de las situaciones. Tenemos que estar atentos, a los comentarios que hacemos sobre las personas, y sobre las situaciones. Y a veces se hace eso, entre amigos, se comenta algo de otro, se comenta algo al respecto de una tercera persona.

 

Cuando, el individuo comienza a despertar para el conocimiento de ciertas leyes ocultas, que rigen la vida interna, la manifestación de la energía en esos niveles humanos, el individuo evita, hasta pronunciar el nombre de otras personas cuando ese nombres no debe ser pronunciado. Porque él comprende, lo que significa pronunciar el nombre de alguien.

 

Estamos trayendo literalmente aquella persona para dentro de aquella confluencia que está sucediendo. Estamos enviando para aquella persona, un rayo, una flecha, y se establece ahí una comunicación telepática, que puede no ser deseable en este momento, que puede no ser parte de lo que puede suceder allí.

Entonces, este control, este uso de la palabra se va depurando, se va refinando, entonces la maledicencia, hablar mal de los otros, hablar mal de las personas, eso debe ser visto, porque esa enfermedad, eso permanece aún, de manera mas sutil, en los individuos que están en el camino. Hablamos descontroladamente, hablamos, pronunciamos palabras, cuando no hay necesidad.

 

 La curiosidad por la vida ajena, por lo que pasa en la vida de los otros, en la tarea de los otros. El hablar de si mismo egoístamente, estamos enalteciéndonos, mostrándonos, en detrimento de los otros. Quejarnos de las situaciones, estar lamentándonos. Transmitir a otras personas, algo que ellas aún no están preparadas para recibir como información externa, consciente. Todos esos puntos, son ejemplos de situaciones que pueden ser trabajados conscientemente, que podemos asumir y trabajar conscientemente, en ese proceso de purificación, de la afinación, con leyes y energías de los mundos internos.

 

Tomado de la Red