Prosperidad Espiritual…
Prosperidad espiritual significa ser capaces
de participar totalmente en el momento presente,
dejándonos tocar por las impresiones que nos rodean,
saboreando y experimentando la riqueza
y sutileza de nuestra vida.
Eso es estar presente, en el aquí y el ahora,
eso es tener una vida plena,
y la plenitud es abundancia.
Cuando aprendes a pensar desde la abundancia,
tu mente genera contextos de prosperidad en los
que es posible un total despliegue de tu ser.
Prosperidad espiritual es un tipo de riqueza
que te permite aspirar a todo pero no necesitar poseer nada.
Si somos capaces de sentirnos parte del espíritu humano
y a la vez portadores de todo el potencial
que dicho espíritu es capaz de desplegar,
podemos sabernos capaces de actualizar
cada una de las capacidades que cada ser humano
ha desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad,
y a la vez ser conscientes de que ese potencial es ilimitado,
crece creativamente en cada intento de evolución
de la conciencia a través de las acciones humanas.
La Prosperidad espiritual tiene que ver
con elección de conversaciones internas,
elección de actitudes, elección de estados mentales
que nos permitan aterrizar en estados de ánimo positivos,
esperanzadores, que nos motivan a la
creación de contextos de abundancia.
Si te enfocas en el valor del ser humano más
allá de las apariencias, aunque ese valor sea invisible
a los ojos, se revelará ante ti. El pensamiento crea lo que cree.
Cuando te enfocas en lo positivo aparece una conversación
nueva en tu mente y cambia tu tono vital,
tu estado emocional y con él la predisposición
a la acción entusiasta. La vida entonces parece tener
un sentido porque te unes a ella en su alegría creativa.
La vida es una constante invitación a concentrarnos
en la abundancia, en la regeneración, en la continua
transformación de todo lo que existe.
La vida te invita en cada situación a tomar
conciencia de tu pleno potencial
y a encontrar modos de desplegarlo en acciones.