Una vez que entiendas a tu prójimo, te volverás tolerante y esta tolerancia crecerá en amistad y madurará en amor.
Libro de Urantia. Pág.1098
Pero para entender a nuestro prójimo es preciso el darnos el tiempo y poner nuestra voluntad en escucharlo, en vez de estar a la defensiva de lo que él pueda decir, por el hecho que no comulga con nuestras ideas y puntos de vista. Escuchar significa llenarnos de empatía para ponernos en sus zapatos y tratar de comprender el por qué de la forma de pensar y de actuar de la otra persona... Escuchar significa acallar nuestro ego sábelo todo y abrirnos a nuevos planteamientos y a nuevas verdades, no necesariamente religiosas, sino a la forma de ver la vida en general. Escuchar es tener el deseo sincero de aprender lo que los otros nos pueden enseñar, porque los encuentros no son casuales...la Maestra vida nos pone por delante a las personas que nos pueden ayudar a evolucionar y también a quienes nosotros podemos ayudar. El azar no existe, todo responde a las leyes naturales de Correspondencia y de Causa y Efecto, por citar algunas, porque la verdad es que todas ellas se entrelazan con el único proposito de mostrarnos el Camino.
"Ningún hombre es extraño para quien conoce a Dios, porque en la experiencia de encontrar al Padre, descubres que todos los seres humanos son tus hermanos y por lo mismo, conocer a nuestros hermanos, entender sus problemas y aprender a amarlos, es una suprema experiencia de la vida" 1431 la cual no sólo nos hace más felices en forma particular, sino que es una semilla que va creciendo en hermandad y en amor, preparando el corazón de los hombres para entrar en el Reino, porque "cuando el creyente de este modo llega a su mejor potencial, vive de manera más generosa para el bien de los demás"1777
Entonces la tolerancia es una consecuencia lógica que no requiere de mayor esfuerzo para practicarla, porque el saber escuchar, el empatizar requiere "tener sensibilidad y saber responder a las necesidades de nuestros semejantes y el hacerlo, genera una felicidad genuina y duradera y a la vez estas actitudes cordiales salvan el alma de las influencias destructoras de la ira y la intolerancia" 1575
Aprendamos de Jesús, él no tenía prisa, siempre se daba el tiempo para escuchar a la gente, sin importar cual fuese su condición...
yolanda silva solano