La cristalización intelectual de los conceptos, invalidan el verdadero conocimiento y nos impiden llegar a la sabiduría.
Libro de Urantia. Pág. 1471
Desgraciadamente la gran mayoría de los creyentes, nos quedamos en los conceptos heredados como una costumbre más de la sociedad en que nos ha tocado vivir, todo lo que dicen los libros sagrados y también muchos que no lo son, dicen grandes verdades, pero ellas se quedan cristalizadas en nuestra mente, como un conocimiento o una creencia más, pero no tienen la fuerza para darnos la sabiduría de buscarle el verdadero significado que en forma particular debería tener esa verdad para cada uno, para que fuese capaz de dar frutos al hacerse carne de nuestra carne, porque "la verdadera religión debe actuar"1121 porque la creencia llega a nivel de fe, sólo cuando motiva la vida y da forma a la manera de vivir"1114
"El conocimiento es una posesión de la mente, la verdad es una experiencia del alma, del yo en progresión"!455 que muchas veces nada tiene que ver con la educación o la erudición porque la verdadera sabiduría es experiencial y "nace de las pruebas y los errores de la experiencia humana" 58 Ciertamente que esta no es la definición que aparece en el diccionario, pero es la definición que deberíamos tener presente los hijos de Dios, que deberíamos ser sabios ya que somos templos de la Sabiduría, pero bien sabemos que el Espíritu de Dios no puede actuar sin nuestro total consentimiento porque respeta nuestro libre albedrío.
La sabiduría que Dios espera de nosotros, no es la de saber mucho, sino la de comprender con nuestro espíritu lo mucho o lo poco que creemos saber, porque cuando algo se comprende es imposible olvidarlo o no aplicarlo en nuestra vida cotidiana, es por eso que "a un creyente verdadero le resulta cada día más fácil hacer lo que es recto"1740
"La sabiduría es de doble origen, pues deriva de la perfección del discernimiento divino intrínsico de los seres perfectos y de la experiencia personal adquirida por las criaturas volitivas"216 esforcemos pues por ser sabios, pero no con la sabiduría del intelecto, sino con la que nos entrega nuestro espíritu.
yolanda silva solano.