Deberías aprender a regar el jardín de tu corazón así como también a buscar las tierras áridas del conocimiento.
El Libro de Urantia,
Debemos regar el jardín de nuestra alma para que en él florezcan las virtudes y tengamos los frutos del espíritu que nuestra fe nos inspira, pero esto no es suficiente, no basta tener la fe del carbonero, ni creer todo lo que nos parece bueno porque otros nos lo dicen, debemos además dedicarnos a la tarea más difícil, como es la de buscar el conocimiento por nosotros mismos, lo cual requiere de nuestro tiempo, dedicación y sobre todo comprensión de lo que conocemos.
La mente y el espíritu no debieran nunca caminar separados, porque "el conocimiento se puede demostrar pero la verdad se experimenta. El conocimiento es una posesión de la mente, la verdad es una experiencia del alma, del yo en progresión" 1453 ambos se complementan en la evolución hacia la perfección
La fe no debe ser ciega, porque cuando ella no es razonada solemos volvernos intolerantes, la fe debe ser puesta a prueba a través del discernimiento de nuestro espíritu divino, porque sólo "cuando nuestra fe es viviente, nos hacemos conscientes de Dios y podemos nacer del espíritu, porque este tipo de fe, no fomenta el fanatismo, la persecusión ni la intolerancia" 1115
La fe cuando no es consciente, se convierte en costumbre y se transforma en ritos y ceremonias que con el tiempo van perdiendo su vigencia y se cristalizan en creencias sin vida, en cambio "el verdadero conocimiento es una búsqueda eterna, siempre estás aprendiendo, pero jamás puedes llegar al conocimiento de la Verdad absoluta"1120
Así como la fe no debe ser ciega, tampoco lo debe ser el conocimiento, el también necesita que el Espíritu divino que en nosotros mora vaya filtrando lo verdadero de lo falso, e incluso más, nuestro espíritu debe ir evaluando el conocimiento que nos hará bien según sean nuestras capacidades del momento, porque así como el sol es maravilloso y de él depende toda la vida en este planeta, si lo miramos de frente al mediodía nuestros ojos pieden la visión y se dañan, del mismo modo que la electricidad con un mayor voltage no sólo daña los artefactos electricos sino que también puede provocar la muerte del ser humano.
Por eso el conocimiento, al igual que la evolución deben ser paulatinos, no queramos saltarnos etapas, no búsquemos atajos fáciles, vamos paso a paso dejando que nuestro espíritu se vaya apropiando del conocimiento en la medida que sea capaz de discernirlo, porque si no lo hacemos, corremos el riesgo de decir con los labios lo que rechazamos con el corazón. No temamos ir despacio, sólo preocupémonos de avanzar a nuestro propio ritmo y en nuestra vida cotidiana, porque "el concepto espiritual no puede ser forazado en forma mecánica dentro del molde de la memoria material" 556
yolanda silva solano