Imagina que ves a unos niños en un sube y baja.
Ellos alternan el peso de sus cuerpos para mantener un equilibrio perfecto.
Al balancear nuestras vidas, utilizamos nuestra
habilidad de alternar nuestras prioridades:
qué acción tomar, cuándo y cómo.
Sabiamente distribuimos nuestra energía y creamos buenos resultados.
Oramos para que la Tierra y todos sus recursos sean
mantenidos con respeto y consideración.
Según sus aguas lavan sus costas y sus vientos cruzan los continentes,
afirmamos que sus habitantes mantienen el planeta en equilibrio.
Bendecimos la Tierra, y ella nos Bendice siendo un
recurso renovable para toda la Creación.
"De Jehová es la tierra y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan,
porque El la fundó sobre los mares
y la afirmó sobre los ríos"
(Salmo 24:1-2)
Marta