DESIERTOS INMENSOS
Y así les decía:
El hombre tiene muchas ventanas hacia fuera,
pero ¿cuántas tiene hacia dentro?
Hay muchos lugares dentro de él
donde nunca ha dado el
sol, y lugares donde ni tan siquiera
se ha plantado un árbol. Hay
desiertos inmensos en la zona
del corazón donde apenas ha caído la
lluvia del Amor, ni han nacido
las flores de la Vida. Y, ¡cuántas
cabezas están llenas de burbujas
y de dudas, y no dejan que entre el
viento de la Comprensión y las disipe!
He mirado dentro de muchos
hombres y he visto la bodega de sus
rencores y la biblioteca donde
archivan todo lo vivido. He visto
contaminados muchos ríos de naturalidad
en sus interiores. He olido
el hedor de sus pensamientos hirientes.
Y el humo viciado de sus
maledicencias. He tocado la frialdad
de sus almas apenas convertidas
en tenues llamas de veladoras.
He subido por la escalera de su médula
y he visto intactos, unos tras otros
todos los Centros, esperando la
mano del Conocimiento que los
limpie y active para crear al Hombre
Consciente.
En pocos hombres he podido
respirar el perfume del Equilibrio, y
sentir el deleite del altruismo
y sentarme a la sombra del árbol del
desapego.
DEL LIBRO:
ASÍ HABLABA QUETZACÓATL