Adresse mail:

Mot de Passe:

Enrégistrer maintenant!

Mot de passe oublié?

EL VISLUMBRAR DE LA ERA DE ACUARIO
Joyeux Anniversaire cielo202000!
 
Nouveautés
  Rejoindre maintenant
  Rubrique de messages 
  Galérie des images 
 Archives et documents 
 Recherches et tests 
  Liste de participants
 General 
 NAVIDAD 2.016 
  
 ¿QUE ES LA VERDAD? 
  
 EL EMBLEMA ROSACRUZ & The Rosicrucian Emblem 
  
  
  
 HERMANOS MAYORES 
 THE BROTHERS OF THE ROSE CROSS 
 The Rosicrucian Fellowsihip (CURSOS) 
 MAX HEINDEL 
 NORMAS DEL VISLUMBRAR 
  
 AUGUSTA F. DE HEINDEL 
 CORINNE HELINE 
 ADMINISTRACION 
  
  
  
 BIBLIOTECA ROSACUZ 
 MANLY P. HALL 
  
 PREG Y RESP. R.C. 
 FOLLETOS ROSACRUZ 
 LINKS ROSACRUCES 
  
 ROBERTO RUGGIERO 
  
 FRANCISCO NÁCHER 
 ALEXANDRA B. PORTER , 
 JOSÉ MEJIA .R 
 MARTA BRIGIDA DANEY 
 LIBRO DE URANTIA 
 SALUD Y CURACION 
 CUENTOS PARA NIÑOS 
 EL SITIO DE ACSIVAMA 
  
 NOTAS AL INTERIOR 
 LA BELLEZA DE LA VIDA 
 TUS REFLEXIONES 
 BIBLIOTECA 
 PPS ESOTERICOS 
 MUSICA 
 GRUPOS Y AMIGOS 
  
  
 Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. 
 LA MORADA DE JESÚS 
  
 
 
  Outils
 
LIBR. DE URANTIA: Naufragio matrimonial
Choisir un autre rubrique de messages
Thème précédent  Thème suivant
Réponse  Message 1 de 1 de ce thème 
De: thomassalas  (message original) Envoyé: 20/11/2009 14:09

Naufragios matrimoniales

Ignacio Buisán   

 

Hoy no sabemos convivir, no sabemos aceptarnos, no sabemos sacrificarnos. Cada quien se encierra en lo suyo y exige que el otro ceda y se someta a su visión de la vida y de la jugada hasta que se llega, o bien a una paz barata, donde dos seres humanos cohabitan pero viviendo vidas paralelas; o se acaba en una guerra abierta que tarde o temprano termina en ruptura.

 

“Un naufragio. Por más que se le quiera adornar, la separación de dos seres que previamente habían decidido vivir juntos es un naufragio, cuya responsabilidad, en mayor o en menor grado, se reparte entre los dos actores principales. Si no se acepta esto, ya comenzamos mal un proceso de suyo doloroso y en el cual siempre se corre el riesgo de aumentar innecesariamente los daños”.

 

He querido comenzar mi reflexión con estas palabras que no son mías; son de un conocido articulista y escritor, Germán Dehesa, quien vivió esa experiencia y que así la define: como un naufragio, en el prólogo del libro titulado Divorcitis, escrito por la psicóloga Julia Borbolla de Niño de Rivera. 

 

El divorcio, se vea desde el ángulo que se vea, aunque nos pongamos los lentes de la modernidad, es un fracaso, es un naufragio. El que se divorcia, forzosamente sufre; el divorcio marca, incluso cuando uno trata de “rehacer” su vida con alguien más. Son dos personas que se juraron amor de por vida, hasta que la muerte los separe, y que, por las razones que sean, dejan de amarse y rompen su compromiso, afectando en el camino todo lo que ese amor había construido; de manera especial a los hijos.

 

El problema de nuestro tiempo es que el divorcio se ha convertido en una epidemia, una verdadera plaga; porque se ha visto como la solución ante cualquier desavenencia de la pareja. Se podría decir que se nos ha endurecido el corazón.

 

Yo no soy amigo de las estadísticas, que en este campo son preocupantes. Lo que sí veo al tratar con matrimonios es la facilidad con que la palabra “divorcio” está en su mente, en su corazón y, desgraciadamente, también en su boca. Sólo pensar en el divorcio debería causar miedo, tristeza, dolor y preocupación.

 

Hoy todos tendemos a ser muy comprensivos; cada vez extraña y sorprende menos que un matrimonio que lleva cinco, 10, 15 o más de 20 años de casados, de repente se rompa.

 

Hay algunas rupturas que se ven venir de lejos y tal vez sean realmente inevitables, pero otras sorprenden por la edad y por la forma. Como en todo derrumbe, las cosas no se producen de la noche a la mañana; el veneno ya se venía inoculando de tiempo, hasta que llegó la famosa gota que derramó el vaso.

 

De entre las posibles causas de divorcio, una de las más preocupantes para mí es la de la incapacidad para la convivencia, que en el fondo es incapacidad para aceptar las diferencias y para trabajarlas; empezando por la diferencia básica que brota del hecho de ser hombre y mujer. Pero también las diferencias familiares, ambientales, temperamentales, religiosas, e incluso culturales.

 

Hoy no sabemos convivir, no sabemos aceptarnos, no sabemos sacrificarnos. Cada quien se encierra en lo suyo y exige que el otro ceda y se someta a su visión de la vida y de la jugada hasta que se llega, o bien a una paz barata, donde dos seres humanos cohabitan pero viviendo vidas paralelas; o se acaba en una guerra abierta que tarde o temprano termina en ruptura.

 

La solución es compleja. Ciertamente no hay fórmulas mágicas ni hay terapias milagrosas. Nunca se puede perder de vista que cada caso es distinto, es inédito y es materia que corresponde a los directamente involucrados en el naufragio.

 

Tal vez la solución es preventiva. Tratar de llegar mejor al matrimonio, sabiendo que el amor es algo que nunca se debe dar por hecho, que hay que trabajarlo todos los días, que implica sacrificio, renuncia, dedicación, tiempo, generosidad, humildad, fidelidad, voluntad, comunicación, colaboración, y bastantes dosis de oración. Contar un poco más con Dios y reconocer que necesitamos su ayuda y su perdón.



Premier  Précédent  Sans réponse  Suivant   Dernier  

 
©2024 - Gabitos - Tous droits réservés