OLVIDATE DE TI MISMO
Y Cuetlachtli vino un día hasta el grupo
de gentes que estaban con
Quetzacóatl y dijo:
Hermanos, vengo a ustedes porque
deseo saber algo más del por qué de
la existencia.
Y El le respondió:
Abre bien tus ojos y la vida misma
se encargará de mostrarte ese por
qué.
Pero Cuetlachtli insistió y dijo:
Bien sabes que hay pasos que deben
ser dirigidos. Sé que el Maestro
mora dentro de nosotros, mas para
llamarlo al despertar es necesario
encontrar fuera a otro Maestro.
He venido a que me digas qué he de
hacer.
Y El le dijo:
Tan sólo podré despertarme dentro de tí,
cuando te hayas olvidado de
tí mismo.
¿Y qué he de hacer para olvidarme
de mí mismo?, repuso Cuetlachtli
tristemente
Trascender íntegramente tu personalidad,
porque ella es la que te
separa de tus hermanos del mundo.
Vencer a tu mente, porque en ella
te sientes egoísta. Matar todo temor
y toda duda. Entonces verás y
sentirás que te desbordas y que
te amplías como una onda sobre el
agua, y que te expandes y te agrandas
rompiendo los mezquinos moldes
de la ignorancia y las
limitadas formas del cuerpo.
Y debes saber que al hacer todo
eso no vienes a mí, sino a tí mismo.
Al hacerlo, haces la Evolución en tí
y eres Amor en el mismo Amor.
Hermano, que mi humilde quietud te
sirva para que te contemples en
mis aguas y puedas reconocerte.
Ya sabías todo lo que te he dicho
porque tu conciencia es sabia, aunque
a veces se queda tan dormida
que se olvida de las metas
que ella misma se fijó.
Y Cuetlachtli se fué triste porque ya
había nacido un conflicto en su
interior: su verdadero Yo luchaba