En la sala de espera de Dios
En tus manos están mis tiempos.
(Salmo 31;15)
Si pudiéramos entender el tiempo de Dios, podríamos cooperar mejor con su plan
para nuestra vida. No obstante, posiblemente nunca entenderemos por completo.
Cuando conocemos, debemos sentirnos bendeciditos, en conocer, al conocedor de todo.
Si vamos a caminar con Él y disfrutar de sus bendiciones, debemos aprender
a dejar que Dios sea Dios.
La mayoría de nosotros trata de tomar el liderazgo en nuestra relación con el señor.
Pero èl tiene una posición, y no la cambiará. Nosotros sí tenemos que cambiar.
Él tiene el liderazgo.
Él da las instrucciones, y nosotros seguimos, aunque no siempre estamos
conformes con sus decisiones y con los lugares donde nos lleva.
El tiempo es muy importante en nuestro caminar con Dios.
¿Por qué tima tanto tiempo en hacer lo que le pedimos?
La confianza siempre requiere preguntas sin respuestas, para que sigamos
creciendo en la fe.
Dios tiene un plan y un tiempo. Mientras estamos en la sala de espera de Dios,
Él está preparándonos para lo que ya había planificado para nosotros.
Tenemos que crecer y madurar. Toma tiempo.
Al alcanzar nuevos niveles de madurez,
Dios de hacerlo, Él es fiel, nunca te defraudará.
Ora así: “confío en ti, señor. Sé que me mas y que tu plan para mí
y tu tiempo son perfectos.
En le nombre de Jesús, ¡amén! ”
Joyce Meyer