Podéis discutir sobre opiniones acerca de Dios, pero la experiencia con él y en él existe por encima y más allá de toda controversia humana y de la mera lógica intelectual.
Libro de Urantia.
Esta cita viene a complementar lo que ayer comentábamos acerca de sentir a Dios. El conocimiento que podamos tener de Dios, al igual que el nombre que le demos a la divinidad, es algo totalmente subjetivo porque ¿quién puede conocer lo infinito con una mente mortal y finita? Sin embargo "las criaturas mortales evolutivas, experimentan un impulso irresistible de simbolizar sus conceptos finitos de Dios, quien representa el símbolo verbal que designa a todas las personalizaciones de la Deidad"3
"En el conocimiento por sí sólo, no puede haber nunca una certidumbre absoluta, tan sólo una probabilidad en aumento de aproximación, él siempre será una búsqueda eterna, siempre estás aprendiendo, pero jamás puedes llegar al conocimiento pleno de la verdad" 1120 De allí el tremendo error de aferrarse ciegamente a lo que se cree conocer, porque al hacerlo por dogmatismo nos estamos privando a nosotros mismos nuestra capacidad de comprender más y mejor.
"El propósito de la religión, no es satisfacer la curiosidad sobre Dios, sino más bien permitir la constancia intelectual y la seguridad filosófica, para estabilizar y enriquecer la vida humana, combinando lo mortal con lo divino, lo parcial con lo perfecto, el hombre y Dios. Es a través de la experiencia religiosa que los conceptos idealizados del hombre son dotados de realidad" 1116
El conocimiento de Dios que se queda solamente en la mente, es un conocimiento muerto pues "la cristalización intelectual de los conceptos invalidan el verdadero conocimiento y nos impiden llegar a la sabiduría" 1471 porque "la verdad es algo vivo, el Espíritu de la Verdad siempre conduce a los hijos de la luz a nuevos dominios de realidad espiritual y servicio divino" 1917 Pero la realidad no es uniforme, cada ser humano tiene su propia realidad y es partiendo de ella que debe nacer su unión con Dios, porque cada uno debe dar cuenta del medio ambiente, de las circunstancias en que le toca vivir y de los talentos recibidos.
Procuremos que nuestro trato con Dios, sea el que El espera de nosotros, a sabiendas que nuestra relación es la de un hijo con un Padre amoroso que sólo desea nuestro bien en este mundo y la perfección eterna y que ambas son absolutamente personales y diferentes a la de todos los demás hombres.
yolanda silva solano.