No es tan importante que conozcáis el hecho de Dios, como que desarrolléis cada vez más la habilidad de sentir la presencia de Dios.
Libro de Urantia. Pág.1733
Sentir la presencia de Dios, no es andar a la búsqueda de sucesos paranormales, como tampoco creernos contactados, porque somos capaces de decir unas cuantas frases inteligentes que tengan que ver con Él, porque "los hombres no hayan al Supremo en forma repentina y espectacular como un terremoto abre abismos en las rocas, sino que lo encuentra lenta y pacientemente como un río que va desgastando suavemente su lecho"1291
La presencia de Dios es algo sutil que cada uno en forma diferente y personal, va sientiendo en la medida que somos capaces de encontrarlo en donde nunca antes lo habíamos encontrado. Es acordarnos que Él permanece en nuestro corazón cuando estamos en una fiesta, riéndonos y pasándolo bien, de la misma forma que está junto a nosotros cuando nuestros ojos están nublados por las lágrimas de la congoja. Sentir a Dios, es controlar nuestra lengua cuando está a punto de proferir una ofensa o una crítica hacia nuestros hermanos porque "el gran hombre, no es el que conquista una ciudad, sino más bien el que domina su propia lengua"315
Sentir a Dios es encontrarlo en la Naturaleza y tener el tiempo para detenernos a mirar las maravillas que nos regala en cada amanecer, en el canto de los pájaritos, en la belleza y sencillez de una violeta... cada vez que en nuestros sentimientos aflora lo mejor de nosotros, es porque estamos sintiendo a Dios a nuestra propia manera, porque sentir a Dios es algo personal, porque "es la actitud de un alma en sus relaciones conscientes con su Creador"1603
En el conocimiento de Dios nos podemos ayudar de los libros sagrados, de lo que nos dicen los hombres sabios y santos, aún cuando ese conocimiento siempre será incompleto pues nuestra mente finita jamás podrá conocer a Dios que es infinito. Es cierto "no podemos conocer a Dios por el conocimiento, pero podemos conocerlo en nuestro corazón por medio de la experiencia personal" 1453 y esta experiencia es única, nadie puede enseñarnos a sentir a Dios...porque es un sentimiento que nace del amor y de nuestro deseo sincero de ser como El es perfecto.
Sentir a Dios es una experiencia que no se puede enseñar, ni tampoco comunicar ¡sólo la podemos sentir! y la única certeza, es la paz y la alegría interna que experimenta nuestro corazón porque "la rectitud experiencial es un placer, no un deber"1574
yolanda silva solano